El aumento del consumo se debe al incremento experimentado en los gastos no alimenticios, que crecieron un 2,4 por ciento mientras que los destinados a comida, bebida y tabaco permanecieron prácticamente estancados.

Según el INE, una parte del aumento en gastos no alimenticios puede deberse a que la Semana Santa cayó este año en el primer trimestre, mientras que en 1990 coincidió con el segundo.

Esta hipótesis deberá ser contrastada cuando el INE disponga de los datos definitivos de la Encuesta, que permitirán conocer con más detalle los bienes y servicios más demandados por las familias.

Sin embargo, parece cnfirmar la sospecha de que los datos de gasto familiar del primer trimestre están "hinchados" por la Semana Santa el hecho de que, en relación al último trimestre de 1990, su importe disminuyó un 3,3 por cien.

Ese descenso fue consecuencia fundamentalmente de la disminución experimentada en el gasto en productos de alimentación, que fue del 6,3 por cien. El gasto en los demás bienes cayó un 2,2 por cien.