"La gente no comparte la tesis del tebeo del PSOE" --------------------------------------------------

MADRID
SERVIMEDIA

El sociólogo Amando de Miguel considera que durante los diez últimos años, en los que España ha tenido gobiernos socialistas con Felipe González a la cabeza, han cambiado muchas cosas en la sociedad y los ciudadanos se sienten en general más satisfechos, pese a existir una sensación generalizada de corrupción en la vida pública.

La inseguridad ciudadana, los problemas de tráfico, a suciedad y el estado de las carreteras son, según declaró a Servimedia Amando de Miguel, las principales quejas de los españoles, por encima de otros problemas aparentemente más graves, como el paro.

Pregunta: ¿Qué ha cambiado en la sociedad española en estos diez años de Gobierno socialista?

Respuesta: Muchas cosas. Desde luego, la gente se siente más satisfecha con su vida personal, no sólo en su nivel económico, sino también en su calidad de vida, que ha mejorado sensiblemente en los últimosdiez años.

No obstante, hay una actitud de fuerte crítica a los que gobiernan, tachándolos de corruptos, de ineficaces y de incompetentes. Y se dan los dos sentimientos al tiempo: una queja del Gobierno y una satisfacción personal con su vida real que, en gran medida, se desprenden de la acción del Gobierno, pero también de acciones que no son del Gobierno.

La gente no comparte la tesis del famoso "tebeo" del PSOE, que se basa en que la transformación de la vida española depende de decisiones delGobierno.

P: La consideración de que el Ejecutivo es ineficaz, ¿trasluce un descontento con el sistema democrático?

R: No, y digo esto basándome en los resultados de una reciente encuesta que voy a publicar ahora, según la cual la gente está muy satisfecha con el sistema democrático. Aunque parezca contradictorio, hay pocos países en los que la gente esté tan contenta con el sistema democrático.

P: ¿No hay, entonces, ningún signo de descontento en la sociedad española de la última década?

R: Al contrario. En general, todos los españoles están encantados con estos años. Tienen sus quejas, como el problema del paro, pero al final la gente se defiende. Por eso, el balance es positivo respecto a la vida de las personas, pero hay una queja generalizada a la vida pública.

P: ¿Cuáles son los aspectos que los españoles destacan como los más negativos de los diez años de Gobierno socialista?

R: Lo que les resulta más desagradable es la inseguridad ciudadana, los robos, las drogas, las inomodidades de la desordenación del tráfico, la suciedad de las calles, el estado de las carreteras y, en general, la vida urbana.

P: ¿Y los más positivos?

R: La vida interior, la vida de la familia, de los amigos, del bienestar personal, las relaciones particulares, el haber podido estudiar más, salir al extranjero, tomarse vacaciones.

P: ¿Siguen existiendo grandes diferencias entre el sentir de los españoles y el de los ciudadanos del resto de los países de Europa?

R: No. Quizá en Espaa haya un cierto pesimismo en la vida mayor que el de otros países, pero ya no hay grandes variaciones cuando se comparan estos sentimientos con los de los demás países europeos.

P: ¿En qué medida puede haber influído en este sentir la entrada de España en la Alianza Atlántica (OTAN) y en la Comunidad Europea (CE)?

R: Yo creo que no han afectado nada ninguna de las dos cosas. Para la gente aparecen como fenómenos ineluctables y decididos de antemano. Ocurre un poco como con la subida de los precis de la gasolina, que a nadie le gustan pero nadie se queja. Ante estas situaciones los españoles se resignan y muestran un cierto fatalismo y, por otra parte, desconocimiento.

P: ¿Es ésta la situación en la que se encuentra la mayoría del país ante la ratificación del Tratado de Maastricht?

R: Sí, y es curioso porque, comparado con las encuestas que se realizan en otros países, los españoles ofrecen una proporción de europeísmo muy alto y una actitud muy favorable a la Unión Europea, pero al miso tiempo, la máxima dosis de desconocimiento. Es un extraño optimismo basado en la ignorancia.

P: ¿Cómo son los jóvenes de principios de los noventa en relación con los de los de los ochenta?

R: Los jóvenes se diferencian mucho de los adultos y cada vez más. El factor edad se ha convertido en la variable con el máximo poder diferenciador que pueda haber en la sociedad, más que la religión o que la clase social.

El llamado "conflicto generacional" se amplía, pero ahora no es ni tan visible nitan conflictivo. En su manera de pensar íntima no se tratan o no se entienden con los adultos. Aquí sí tenemos un rasgo diferenciador bastante alejado de la actitud de los jóvenes en otros países.

P: ¿Son los jóvenes los más críticos con el Gobierno?

R: Sí, son críticos, aunque tampoco hay que esperar grandes radicalismos de los jóvenes, debido sobre todo al tipo de vida tan cómodo que llevan. Su dependencia paterna rebasa la veintena y, a veces, la treintena y no inician un hogar propio hasta mu tarde, por lo que se apoltronan en ese paraíso de muchos "años de oro", donde los jóvenes son adolescentes "ampliados", ahora los de 26 años están como antes los de 16.

P: Y las mujeres, ¿cómo son generalmente hoy día?

R: El cambio en el modo de pensar de las mujeres es el cambio más notable de estos años, han cambiado mucho más que los varones en todo.

Por ejemplo, hoy, respecto a hace diez años, hay más estudiantes mujeres que hombres en todos los niveles de la enseñanza. Es un dato increble. Por otra parte, ya no hay ninguna profesión tabú para las mujeres, que hoy son militares, jueces, policías, etc., algo que hace diez años era motivo de polémica e incluso de noticia. Su incorporación a todos los órdenes ha sido verdaderamente notable en esta década.

P: En la evolución social referida, ¿en qué medida han influído las decisiones legislativas en el orden político de los gobiernos socialistas?

R: Muy poco. La política en general y el cambio del partido en el Gobierno afecta muy oco a la vida corriente, a no ser que haya grandes cambios de un régimen a otro, grandes desórdenes, etc.

De hecho, la distribución de la renta personal hoy día en relación a la proporción existente ya no sólo hace diez años, sino incluso hace veinte o treinta, es la misma: el 20 por ciento más rico sigue siendo poseyendo el 50 por ciento de la renta. Es la misma que existía durante el franquismo y en los gobiernos de la UCD. Todos pagamos más impuestos y todos recibimos más servicios pero, al final, a igualdad o la desigualdad es la misma.

El que la política afecte muy poco a la vida particular es un signo de modernidad y de madurez política y económica, porque cuando incide en gran medida es señal de que nos encontramos ante una sociedad primitiva y autoritaria, del tipo argelino o iraní

(SERVIMEDIA)
28 Oct 1992
E