Fuentes del Ejecutivo reconocen que con su decisión de poner al PP “frente al espejo” animan también a que se extienda el “ruido” en el debate político, pero lo justifican en que “ya” no se callan y que lo suyo es fruto de una actitud de “respuesta” ante acusaciones desde las filas populares.

“Hemos aprendido”, dicen desde filas socialistas, desde la campaña electoral del 23-J cuando el Ejecutivo y el PSOE se lanzó a “desmontar” informaciones o “bulos” ante los que se callaban confiando en que “la verdad se abriera paso”. Pero, aducen dichas fuentes, que como eso no pasaba optaron por entrar a la acción y ya no callan.

Aunque vean que el “ruido” es la “estrategia” del PP, en el Ejecutivo consideran que tampoco beneficia a la formación que encabeza Alberto Núñez Feijóo y se remiten a lo ocurrido el 23-J cuando los populares consideraban, según dichas fuentes, que habían calado más sus posiciones en la sociedad pero finalmente Pedro Sánchez pudo continuar al frente del Ejecutivo.

“Hemos aprendido que no podemos quedarnos callados ante las mentiras” porque no es más que “una estrategia de desgaste” y ahora ya “respondemos”, apuntan en el Gobierno, como justificación también de que se pidan explicaciones al PP ante las informaciones que aparecen en prensa y que atañen a familiares de dirigentes de este partido.

Pero este “ruido” en la sesión de control provoca también rechazo en otras formaciones porque hay diputados de las mismas que confiesan que el ambiente es “insoportable”, una “vergüenza”. “Para esto no me han votado”, exclamó un veterano parlamentario a la salida del Hemiciclo tras el último ‘careo’ entre el portavoz del PP, Miguel Tellado, y el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños.

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, confesó estar “horrorizado” con el nivel parlamentario de estos días porque es “lamentable” y “cada vez peor”, sentenció.

Por su parte, el portavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados, Íñigo Errejón, criticó este miércoles que la sesión de control al Gobierno de hoy se ha desarrollado “con mal tono, con malas formas y con mal contenido” y que “la política española no puede volver a convertirse en un lodazal bipartidista”.