Muchos de ellos permanecerán en Madrid el Jueves y el Viernes Santo preparando esta reunión. Lo mismo hará el secretario general, Felipe González, quien, en contra de lo habitual, no se marchará fuera estos días con su familia.

La voluntad de amainar la tempestad tras la carta "explosiva" de José María Benegas que ayer mostraron la mayoría dedirigentes socialistas, volvió a ponerse de manifiesto hoy entre los responsables del partido que accedieron a realizar declaraciones públicas. Todos coincidieron en la necesidad de que se descarte la hipótesis de la dimisión de Felipe González.

El secretario general del PSOE en el País Vasco, Ramón Jáuregui, dijo que es compatible la exigencia de responsabilidades por el "caso Filesa" con el establecimiento de un sistema político "transparente y honrado".

Jáuregui aseguró que los socialistas vasos son contrarios a que la Ejecutiva acepte la dimisión que ha presentado Benegas, porque sería una medida "injusta y equivocada". A su juicio, las responsabilidades tienen que delimitirse, y no buscarlas en la generalización "absurda" de toda la dirección.

El ministro de Trabajo, Luis Martínez Noval, aseguró encontrarse en un "estado de ánimo de preocupación y expectación" ante la Ejecutiva del sábado. Opinó que la dimisión de Felipe González no sería una buena solución para los problemas que atraviea el PSOE.

Carmen Hermosín, miembro de la Ejecutiva del PSOE, reiteró que ante la crisis actual de su partido, lo mejor es que toda la dirección socialista ponga su cargo a disposición del secretario gneeral, y que sea éste, a partir de la dimisión general, quien decida.

Antonio García Miralles, también miembro de la Ejecutiva socialista, vaticinó que en la reunión del sábado se dará una respuesta a la crisis "que puede ser dolorosa para alguno". A su juicio, González, Guerra y Benegas están dispniendo del tiempo suficiente para aproximar posiciones antes de la reunión.