Esta cifra significó la vuelta a los beneficios de la entidad tras dos años consecutivos de pérdidas. En 1993, las pérdidas consolidadas ascendieron a 3.996 millones de pesetas.

Durante 1994, la facturación del grupo se elevó a 66.592 millones de pesetas, frente a los 62.630 millones de pesetas de 1993. El beneficio consolidado de explotación alcanzó los 3.190 millones de pesetas, mientras el resultado ordinario se situaba en 1.13 millones.

La vuelta a los beneficios se explica, según fuentes del grupo, por los efectos positivos del plan de reestructuración abordado por Tudor desde 1991 y por el mejor entorno económico deparado por el ejercicio 1994.

De cara a 1995, el Grupo Tudor prevé obtener unos beneficios consolidados antes de impuestos superiores a 1.000 millones de pesetas. De momento, se conocen ya las cifras correspondientes al primer trimestre, periodo en el que el beneficio de explotación ha sido superior al de año anterior en un 47%, al situarse en 335 millones.