La más dura de todos fue la diputada de UPyD, Rosa Díez, al pedir al presidente que convoque a agentes políticos, sociales y económicos a un gran acuerdo para reactivar la economía y el empleo.

"Si no es usted capaz de decidir, deje a los ciudadanos que decidamos. No podemos soportar más tiempo de inacción, de indefinición. Convoque un pacto o convoque elecciones", dijo al presidente.

Díez denunció que la promesa del presidente de buscar el pleno empleo y la posterior de garantizar plena cobertura a los desempleados recuerdan un viejo lema del régimen franquista: "ni un hogar sin pan, ni un obrero sin trabajo", porque en ambos casos "la realidad desmiente la propaganda".

El portavoz del BNG, Francisco Jorquera, se mostró convencido de que en esta crisis se está cumpliendo "la ley de Murphy: lo malo siempre es susceptible de empeorar". Por ello, aunque rechazó "el alarmismo", reclamó un cambio de estrategia más allá de medidas "paliativas".

En esa línea, reclamó que el ICO se convierta en una banca pública, la creación de un salario social para parados de larga duración, y una modificación de la ley de morosidad para proteger a las pymes.

En nombre de Coalición Canaria, Ana Oramas pidió a los grandes partidos que dejen atrás la polémica de quién previó o no la gravedad de la crisis y se centren en trabajar por el futuro del país con un acuerdo social de todas las fuerzas políticas, agentes sociales e instituciones.

Carlos Salvador, de UPN, alertó al presidente de que no se puede salir de la crisis aumentando sin límite la inversión y el déficit públicos.

Uxue Barkos, de NaBai, reprochó al presidente su incapacidad de ofrecer a los ciudadanos medidas concretas y coordinadas con las comunidades autónomas para frenar la destrucción de empleo y buscar nuevos yacimientos.