Según explicó a los medios de comunicación el jefe del departamento de Seguridad Areoportuaria, el teniente coronel Pedro Izquierdo, las nuevas medidas de seguridad se han adoptado paraestar en concordancia con las establecidas por las autoridades norteamericanas, que exigen una revisión aleatoria del equipaje de mano y, ahora, del calzado de los pasajeros, después de haberse descubierto en un reciente vuelo a un pasajero que calzaba un "zapato-bomba", aunque sin consecuencias.

A estas dos medidas impuestas por las autoridades norteamericanas, se suma, por iniciativa propia de la Guardia Civil, la utilización de los perros para la detección de posibles explosivos. Estas medidas de sguridad suplementarias se suman a las habituales para el resto de vuelos, como son el paso por un detector de metales y el escáner de Rayos X.

El procedimiento a seguir por las fuerzas de seguridad en el proceso de embarque de los pasajeros es el siguiente: primero los agentes registran por completo el equipaje de mano del pasajero, que es elegido aleatoriamente; después el viajero se ve obligado a descalzarse para que el agente pueda analizar su zapato, y en el caso de que encuentre algo sospechoso e viajero es separado del resto del pasaje a una habitación donde será analizado a fondo.