La actuación conjunta de las fuerzas de seguridad española y portuguesa se inició tras tener conociminto las autoridades lusas de la existencia de una red de narcotraficantes que se dedicaba a introducir en la península droga del norte de Africa por medio de potentes embarcaciones.

La Policía lusa solicitó la colaboración de la Guardia Civil con el fin de localizar las embarcaciones y detener a los miembros de la organización. Tras varios meses de investigación por ambas partes, se averiguó que entre los días 11 y 15 de este mes tendría lugar una operación en la que se pretendía introducir la droga e algún punto del sur de la península.

Finalmente, en la noche del día 14 se localizó en la costa de Huelva una embarcación sospechosa, hacia la que se dirigieron dos patrullas de la Guardia Civil para su identificación. Sin embargo, sus ocupantes emprendieron la huída en dirección a aguas territoriales portuguesas, donde fue interceptada por la Policía Judiciaria tras recibir aviso desde España.

En el interior de la embarcación no fue hallada ninguna cantidad de droga, pero, tras un exhaustivo reonocimiento en una de las márgenes del río Guadiana, a la altura de la localidad onubense de Villablanca, se encontraron un total de 46 fardos de hachís, con un peso de 1.350 kilos.

Una vez comunicada la intervención de la droga, la Policía portuguesa procedió al arresto de las doce personas (tres portuguesas, cuatro italianas, dos marroquíes, un holandés y dos españoles) que se encontraban a bordo de la embarcación, desde la cual habría sido lanzada la mercancía intervenida.