Guerra comienza su escrito asegurando que la derecha española, "por medio de su instrumento político", el PP, acentúa en estas fechas su estrategia de confrontación con el Gobierno y el PSOE.

En esta apuesta, dice, el PP ha incorporado elementos "nocivos" para la sociedad, como la acusación al Gobierno de actitud mendicante durante la pasada "cumbre" europea de Edimburgo (Escocia), "sólo porue pensaron que así podían beneficiar sus intereses partidistas".

"Las acusaciones que realizó Aznar contra el Gobierno, acusándole de mendicidad, añaden a su habitual irresponsabilidad la clara evidencia de su ceguera por el poder", añade.

El "número dos" del PSOE considera que en esta ola de oportunismo, el PP no ha dudado en pasar de defender "la unidad de destino en lo universal" para España a plantear la descomposición del Estado mediante la propuesta de Fraga de administración única.

"Con quién cuentan en esta política?", se pregunta Guerra. En su opinión, el PP esta aislado, con la constante intriga interna de poner y quitar líderes y eso le lleva a proponer a Jordi Pujol para la Presidencia del Gobierno español. "Sólo poseen credibilidad en algunos medios de comunicación, que les sirven de pantalla a sus propuestas impresentables", apostilla.

"Una constante ida y venida por los tribunales", continúa el artículo, "denunciando continuamente supuestos casos de corrupción, sin aporta pruebas ni indicios suficientes, supliendo lo que debería ser un debate limpio y racional con la injuria y la denuncia, desprestigiando la justicia y su función, nos da un partido irresponsable (...) y sólo con una constante en su acción: tratar de imponer una política conservadora y neoliberal que eche atrás las conquistas sociales de los ciudadanos españoles y de los colectivos sociales más desfavorecidos".

Frente a esta "lógica de desgaste del sistema democrático", Alfonso Guerra pide a los socialstas que defiendan el sistema y sus instituciones. "Confiar en la labor de los poderes públicos (...) defender el papel de los partidos políticos y de quienes forman parte de ellos. Y, en cualquier caso, garantizar la credibilidad del PSOE como partido político representativo por la confianza electoral con que cuenta", concluye.