De este modo ha respaldado el proyecto, convencido de que, teniendo en cuenta que el año pasado “fue el más caluroso de la historia”, la “necesidad es urgente” y de que la Hora del Planeta “es una muestra mundial de solidaridad para tomar un camino diferente” que “demuestra el poder que cada uno de nosotros tiene en la lucha por nuestro futuro", según precisó este sábado WWF en un comunicado.

En la misma línea, la directora general de WWF Internacional, Kirsten Schuijt, explicó que, “a medida que la Hora del Planeta llega a su fin, reflexionamos sobre el increíble impacto que tienen millones de personas unidas para defender la salud de nuestro planeta”.

“Juntos, hemos encendido un faro de esperanza, iluminando el camino hacia un futuro sostenible y las cientos de miles de horas dedicadas a la Tierra demuestran que el ecologismo puede ser accesible y significativo a nivel personal”, añadió, convencida de que, “en nuestra acción colectiva, reside el poder de forjar un mañana en el que la biodiversidad prospere y nuestro planeta florezca para las generaciones venideras".

18 EDICIÓN

La organización ecologista puntualizó que la Hora del Planeta es un movimiento global que, en su edición número 18, la 16 en España, ha “involucrado a cientos de miles de personas” de 124 países que han “decidido dedicar una hora de su tiempo a actividades sostenibles y responsables con la naturaleza” y que, además de ese apagado simbólico, en España este año propone como novedad dedicar 60 minutos al cuidado del planeta a través de un “banco de horas”.

Tras recordar que este movimiento global “pide mayor ambición y acción urgente para limitar el calentamiento global a 1,5 °C y detener y revertir la pérdida de la biodiversidad para 2030”, WWF explicó que ha recorrido “todos los rincones del globo” con su lema ‘Apaga la luz. Dale una Hora al Planeta’, proporcionando “inspiración” a ciudadanos y entidades para “ofrecer tiempo a la naturaleza” y, con su colaboración, por el momento, la entidad ha logrado superar las 332.000 horas a escala internacional.

Este año, en la Hora del Planeta quedarán a oscuras lugares emblemáticos como la Ópera de Sídney, el London Eye, el Coliseo, la Basílica Vaticana, la Puerta de Brandemburgo, la Torre Eiffel, el Empire State Building, las Cataratas del Niágara, el Cristo Redentor, la Puerta de Alcalá y la Cibeles en Madrid, las Casas Colgadas de Cuenca, la Sagrada Familia de Barcelona, la Ciudad Monumental de Cáceres, la Catedral de Burgos, el Miguelete y la Catedral de Valencia, entre otros.

WWF España ha logrado que más de 500 ayuntamientos, más de 120 empresas, más de 120 organizaciones, más de una decena de grupos de comunicación y miles de personas se hayan unido para mostrar su “apoyo y preocupación” ante las altas temperaturas, sequías, incendios extremos, pérdida de biodiversidad y contaminación y ha contado también con el apoyo de Climabar, Gipsy Chef, Jesús Calleja o María Herrejón, que han instado a sus seguidores a participar en el banco de horas y “dar visibilidad” al movimiento, “poniendo foco en la participación de las nuevas generaciones”.

A lo largo de la jornada, grupos locales de voluntariado de WWF de Barcelona, Bizkaia, Granada, Guadalajara, Madrid, Málaga, Sevilla y Alto Sil realizarán también distintas actividades participativas como excursiones a la naturaleza, talleres de sensibilización para todas las edades, conciertos y recogida de residuos.

GRAN COMPROMISO

En este contexto, el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, valoró el “gran compromiso que tiene la ciudadanía con la conservación del medioambiente y la biodiversidad”. “Ante el gran reto climático que tenemos por delante, dar una hora al planeta puede parecer insignificante, pero hemos logrado demostrar que somos capaces de unir fuerzas y mostrar nuestra preocupación y ganas de actuar de manera urgente para mejorar esta situación”, sentenció.

“A partir de esta noche, la Hora del Planeta vuelve a poner el reloj a cero con vistas a 2025”, advirtió la organización, para la que se trata de un “año clave para el futuro climático de Europa”, con unas elecciones en las que la sostenibilidad “necesitará del apoyo de todas las voces posibles para emprender el rumbo correcto hacia la restauración de la naturaleza y los objetivos climáticos planteados en la Agenda 2030”, con el objetivo de “dejar un planeta sano a las generaciones venideras".