La esperanza de vida de la población en todo el mundo se está incrementando gracias a factores como el acceso a la atención sanitaria, el saneamiento, la educación y la lucha contra el hambre. Estas son algunos de los condicionantes para que las personas no solo vivan más años, sino que también tienen más posibilidades de sobrepasar el siglo de vida.

La cantidad de personas que llegan a los cien años se ha disparado sustancialmente, así lo avala Naciones Unidas. En el mundo había cerca de medio millón de centenarios en 2015, más de cuatro veces la cifra de las personas centenarias del año 1990, y las proyecciones anticipan que en 2050 habrá 3,7 millones de centenarios en el mundo.

El médico y director de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, Salvador Macip, investiga las bases biológicas del envejecimiento desde hace más de 25 años, siempre con la idea de entender por qué envejecemos para poder buscar después formas de retardar este proceso.

Explicó que "entre otros aspectos, hemos mejorado un 30% la esperanza de vida de unos ratones y, lo más importante, un 400% su salud en el tramo final de la vida", así como "estamos estudiando la respuesta a cambios dietarios en mujeres menopáusicas, para ver si tienen algún efecto en el envejecimiento que experimenta esta población".

Los expertos concluyeron que no hay una fórmula única para llegar a los cien años en buenas condiciones, ni pueden determinar con certeza por qué algunas personas viven más que otras.

No obstante, hay evidencias de que la genética tiene, sin duda, una gran incidencia en la longevidad, así como los hábitos saludables como mantener una dieta equilibrada y sin muchos excesos, practicar ejercicio moderado constante y no fumar ni beber, son algunas de las recomendaciones de los expertos para conservar una buena salud y, a la vez, retrasar los procesos biológicos del envejecimiento.

El estado de ánimo también es un condicionante en la longevidad, no sufrir estrés o ansiedad son algunos de los factores que alargan la vida. "También son más longevas las personas que tienden al optimismo, que viven en pareja o están rodeadas de una comunidad, y, por lo tanto, evitan el aislamiento", afirmó la psicóloga experta en personas mayores y profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, Montserrat Lacalle.

En este sentido, aclaró que "una persona con buen estado de ánimo probablemente tiene más vida social y una cotidianidad más llena de estímulos que una persona que sufre una depresión y que, seguramente, actúa de una forma radicalmente diferente".