La razón de esta pérdida reside en que los ingresos fiscales se presupuestan teniendo en cuenta el crecimiento de la economía a precios de mercado, por lo que la recaudación disminuye cuando lo hace la inflación.

Para evitar que esta reducción de ingresos se traduzca en un crecimiento del déficit del Estado, Hacienda recortará un 1 por ciento los gastos no financieros. De esa manera, la previsión de déficit se mantiene n 1.431.400 millones, un 2,3 por cien del PIB.

Por otra parte, Hacienda estima que las medidas extraordinarias adoptadas en 1992 para contener el déficit, principalmente el recorte de las prestaciones por desempleo y la subida del IRPF y el IVA, permitieron aminorar en 460.000 millones el saldo negativo del Estado en 1992.

Según las estimaciones del Ministerio de Economía, el ahorro logrado en el gasto se elevó a 330.000 millones de pesetas, mientras que el incremento conseguido en los ingresos s situó en 130.000 millones.

Estos ajustes seguirán teniendo efectos positivos sobre el déficit del Estado en 1993, al generar una reducción en el mismo que Hacienda estima en 770.000 millones de pesetas, equivalente a un 1,2 por ciento del PIB.

En concreto, el Gobierno cree que generará un aumento de 200.000 millones de pesetas en los ingresos, en su mayoría derivados del mantenimiento de la antigua tarifa del IRPF, y una reducción de 570.000 millones en los gastos.

La disminución de gastos e conseguirá, sobre todo, por el recorte en los gastos de personal, la congelación de la productividad y los menores pagos a los parados con derecho a prestación de desempleo.