El cuerpo del montañero, que se encontraba en avanzado estado de descomposición, lo que ha dificultado la identificación por parte de sus familiares, fue hallado en una zona distinta al lugar donde fueron recuperados los cuerpos sin vida de otros cuatro omponentes del grupo de alpinistas atrapados por un alud cuando descendían del pico Balaitus y se encontraban en las inmediaciones del refugio de montaña de Respumoso.

Según fuentes cercanas a los equipos de rescate, el cadáver recuperado hoy pudo ser arrastrado por corrientes de agua subterránea originadas por el deshielo de las capas inferiores de la masa de nieve del alud, que en algunos puntos superaba los 15 metros de espesor.

Desde que ocurrió el accidente, efectivos de los Grupos de Rescat e Intervención en Montaña de la Guardia Civil (GREIM) no han dejado de rastrear la zona, utilizando incluso agua caliente a presión para horadar la masa de nieve y hielo del alud en determinados puntos.

Todavía falta por localizar un último cuerpo, perteneciente al montañero Asier Gorrotxategui, cuyo paradero se desconoce, aunque se presume haya podido ser también arrastrado por corrientes de agua o deslizamientos de las masas de nieve y hielo.