El encargado del ganado, Fermín Aínsa Serrano, y el dueño de los terneros, Javier del Val, empresario zaragozano, están procesados por un presunto delito contra la salud pública.

El representante legal de Fermín Aínsa va a reclamar legalmente diversas cantidades económicas al propietario del ganado. Según el abogado, Fernando Villarroya su cliente no ha percibido cantidad alguna por el mantenimiento del ganado desde el pasado mes de mayo. Se incumple, de este modo, el acuerdo verbal que mantienen ambos.

Asimismo, el propietario de la granja se enteró de los nuevos análisis realizados cuando fue a pagar, precisamente por este ganado. Según describe Fernando Villarroya, el clembuterol se ha encontrado en el pienso y esta competencia es del propietario: "Había un acuerdo verbal por el que mi cliente se obligaba al cuidado primario de ls animales (echarles paja, agua, etc.), mientras que el propietario se obligaba a todo lo que son piensos, medicación y demás de los animales".

El uso de anabolizantes está prohibido por la ley, ya que se considera que las concentraciones de esta sustancia en la carne producen efectos dañinos para la salud de las personas.

Al parecer, existen dos análisis distintos de las muestras recogidas. Por una parte, los resultados analíticos de los piensos dieron positivo, el alimento estaba mezclado con cenbuterol, mientras que los análisis de la orina de los animales resultaron ser negativos.

La Diputación General de Aragón ha intensificado desde el pasado mes de octubre los controles para detectar el uso ilegal de clembuterol en las explotaciones ganaderas de la comunidad. Sin embargo, los ganaderos han manifestado en numerosas ocasiones que es el mercado el que demanda este tipo de carne por su mejor presentación y facilidad de venta.

En marzo de 1992 la Sala de lo Penal de Teruel absolvió a Aselmo García, un ganadero de La Publa de Híjar juzgado por utilizar y distribuir anabolizantes prohibidos para el engorde del ganado. Era el primer juicio de esta naturaleza celebrado en España.

En la sentencia se declaraba que las cantidades de clenbuterol empleadas por Anselmo García, inferiores a los 500 miligramos por tonelada, no perjudicaban a los consumidores de carne. En el fallo judicial se apuntaba que existen muchos compuestos farmacéuticos que causarían la muerte si se tomaran en grandes dsis.