Madrid

Hallan evidencias de fuego para cocinar hace 250.000 años en Arganda del Rey

MADRID
SERVIMEDIA

El yacimiento de Valdocarros II, ubicado en Arganda del Rey (Madrid), alberga evidencias de uso y control del fuego para cocinar hace unos 250.000 años.

Así lo afirman investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad Herriot Watt de Edimburgo (Reino Unido) en un estudio publicado en la revista ‘Nature Scientific Reports’.

“Constituye uno de los pocos ejemplos de fuegos controlados por especies anteriores al Homo neanderthalensis registrados en Europa y es uno de los testimonios más antiguos de uso del fuego al aire libre en un yacimiento del Paleolítico inferior con tecnología Achelense -en la que predominan grandes herramientas líticas que se asemejan a hachas de mano- en Europa y el único en la Península Ibérica”, explica Joaquín Panera, profesor del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la UCM y uno de los directores de la investigación del yacimiento.

Por primera vez, se ha constatado en hogares del Paleolítico el empleo de ramas de pino secas, que en un entorno donde escaseaba esta especie implica un amplio conocimiento del medio. Ácidos grasos hallados en los hogares, muestran que en Valdocarros II se ‘cocinó’ carne, tal vez procedente de cérvidos (‘Cervus elaphus’) o uros (‘Bos primigenius’), de los que se han hallado abundantes restos óseos en el yacimiento.

Además, el hallazgo de hidrocarburos poliaromáticos, que son productos de una combustión incompleta, revela que el pino se quemó a temperaturas de unos 350 grados -bajas comparadas con los 800 grados que alcanzaban los fuegos no controlados del Pleistoceno- durante periodos cortos, lo que favorece el cocinado de la carne, puesto que los fuegos con altas temperaturas tienden a carbonizar y quemar los alimentos en el exterior antes de que el interior haya alcanzado una temperatura que facilite su ingesta.

“Los homínidos de este yacimiento muestran todos los requisitos necesarios para controlar el fuego: el uso de recursos específicos como la madera de pino seca; actividades específicas, como la realización de fuegos de baja temperatura utilizados para cocinar; e intención, como queda implícito en el transporte de la madera seca de pino y restos de grandes mamíferos a un lugar concreto donde se descuartizaron y cocinaron”, destaca Susana Rubio Jara, codirectora de la investigación y profesora de la UCM.

(SERVIMEDIA)
22 Jun 2023
MGR/gja