Así, en primer lugar, señalaron a la aerotermia como una de las fuentes de energía que cada vez cuenta con más adeptos y se está asentando en España, a su vez, es una de las opciones más sostenibles. Según explicaron, “se trata de una bomba de calor que extrae la energía ambiental contenida en el aire mediante un ciclo termodinámico para generar refrigeración en verano, calefacción en invierno y agua caliente durante todo el año”.

La calefacción eléctrica a través de suelo radiante o bomba de calor es también una opción sostenible, “sobre todo, si se acompaña de una instalación de energía solar que aprovecha la abundante luz solar con la que se cuenta en España”, advirtieron. Además de ser una energía limpia, es capaz de reducir de forma exponencial el consumo energético y, en consecuencia, la factura de la luz.

No obstante, subrayaron que entre las principales ventajas de la bomba de calor frente al suelo radiante es que este sistema no necesita mucha energía para elevar la temperatura, por lo que son ideales para espacios pequeños que se calientan con rapidez. “En el caso de que las estancias sean más grandes quizás no sea la mejor alternativa, pues solo calientan las áreas en las que están ubicadas y, además, el calor se pierde de forma más rápida.

En cuanto a las calderas tradicionales, los modelos más eficientes y sostenibles, según indicaron, son las calderas de condensación. “Se estima que se reduce en un 21% el impacto ambiental respecto a las calderas tradicionales y su ahorro en consumo de energía también disminuye”, apuntaron.

Otras fuentes de energía menos frecuentes en el mercado español, pero que entran en la lista de alternativas sostenibles son la biomasa, que obtiene su fuente de energía de desechos agrícolas. Y, por último, la geotermia, que funciona a través de la extracción del calor del subsuelo, por lo que reduce exponencialmente el uso de energía necesario para calentar el aire.