Así lo reflejó Ibercaja en sus perspectivas de mercado para este año difundidas este martes. A tenor de las mismas, el banco señala que la economía global seguirá desacelerándose, creciendo a tasas inferiores al 3% y con inflaciones en torno a ese porcentaje que “serán la nueva normalidad”. Se espera que en este ejercicio se produzcan bajadas de tipos, pero “no se puede ser excesivamente optimistas” al respecto. También, Ibercaja cree que hay que prestar atención a la posible retroalimentación de las tensiones geopolíticas, con impactos más acusados en los mercados de energía.

Respecto a la renta fija, 2024 la estrategia de Ibercaja pasa por aprovechar durante las correcciones e ir alargando progresivamente duraciones. “Preferimos renta privada del segmento de mayor calidad crediticia”, destaca el banco.

Para la renta variable, la relajación monetaria suele ser positiva “siempre y cuando el ciclo económico no se desacelere en exceso”. Por contra, la renta variable tiene una valoración relativa algo menos atractiva frente a la renta fija, especialmente en Estados Unidos, donde la prima de riesgo se sitúa en mínimos. “Unas previsiones demasiado optimistas sobre beneficios, unido a unos indicadores tácticos de mercado, hace este mercado algo demasiado exigente”, agrega.

Así, resalta que el año comienza con una visión algo cauta, con preferencia por sectores defensivos, como consumo básico, ‘utilities’ y sanidad, y también apostando por aquellos que se beneficien de las bajadas de tipos, como infraestructuras, bajando la exposición a tecnología.

“Una adecuada diversificación activa va a ser la estrategia ganadora para este año. Las carteras mixtas van a ser la herramienta óptima de gestión en un año en que tendremos que ir modulando la exposición a renta variable” y la renta fija “nos va a ofrecer ese soporte suficiente”, resume Ibercaja.