Los pilotos de Iberia, agrupados en el Sepla, han convocado una huelga para los días 28 de diciembre al 8 de enero para exigir a la compañía un "auténtico plan de viabilidad" y la retirada del expediente de rescisión de empleo, que afeta a 353 pilotos de los 1.194 que tiene la compañía.

En declaraciones a Servimedia, Moreno indicó que "desde el punto de vista legal, siempre que se convoque en tiempo y forma y se pacten los correspondientes servicios mínimos, no hay nada que objetar. Pero desde el punto de vista sindical y en la medida en que no ha habido un esfuerzo real de negociación por parte del Sepla, la huelga es claramente insolidaria, corporativa y aristocrática".

Para Moreno, esta es una huelga "de la aristocracia de beria, que son los pilotos, que se han puesto a la empresa por montera y que pueden colocarla en una caída libre, en una situación de caída en picado". Añadió que la realización de estos paros pueden dejar a la compañía en una situación "muy crítica y difícil".

Moreno explicó que las huelgas ocasionarán un gran daño económico a la compañía e importantes trastornos a los ciudadanos, ya que se desarrollarán en unos días de gran volumen de viajes y negocio para la compañía, al coincidir con las Fiestas d Navidad. "No deja de tener su mala sombra que la huelga arranque el día de los inocentes", añadió.

El responsable de CCOO criticó también la actitud de la dirección de Iberia, que, a su juicio, "no está actuando bien". Moreno rechazó frontalmente el expediente de regulación de empleo que presentará la compañía aérea, que prevé la rescisión de 5.220 contratos.

Moreno hizo un llamamiento a que se intensifiquen las negociaciones para "alcanzar un acuerdo con todas las partes que garantice el futurode la compañía, su carácter público y no fragmentado y que introduzca cambios radicales en la gestión, tanto en materia de equipos como en materia de la política de inversiones extranjeras desastrosa que se ha venido practicando".

El secretario de Acción Sindical de CCOO exigió el cumplimiento del preacuerdo alcanzado por la compañía con los sindicatos, que fue ratificado por la mayoría de la plantilla de Iberia y al que se opone el SEPLA.