En la exposición aparecen dos imágenes de la Princesa Diana. Una de ella es una estatua de madera de 180 centímetros de altura, vestida de la Virgen María. La otra es una imagen mucho más grande y elaborada con fibra de vidrio, que emula a Jesucristo caminando encima de las aguas.

Sacerdotes, profesores de religión y parlamentarios han criticado estas dos imágenes, calificándolas de "profundamente ofensivas" y de "vulgaridad" por la comparación de Diana de Gales con la Virgen María y con Jesucristo.

La actual exposición de la Tate Gallery se compone de numerosos cuados, esculturas, fotografías y trabajos en vídeo, con la pretensión de recoger los iconos más destacados del milenio, entre ellos, estrellas del pop, miembros de casas reales y modelos de todo el mundo.