Según recoge el Instituto de Estudios Económicos, con datos de 1993, la participación del Impuesto sobre Sociedades sobre el PIB fue del 2 por ciento, dato que, no obstante, supera la media ponderada comunitaria, situada en el 1,81 por ciento.

Esto es debido a que los tres países con menor impuesto de sociedades que España son Alemania, Francia e Italia, que pr su peso en la media, reducen el peso global.

Por delante de España se sitúan, en orden ascendente, Grecia (2,03 por ciento sobre el PIB), Bélgica (2,04), Portugal (2,23), Dinamarca (2,29), Holanda (2,35), Reino Unido (2,53) Irlanda (3,07) y Luxemburgo (8,12).

Este impuesto aumenta en los Presupuestos para 1995 en un 42,6 por ciento con relación al presupuesto inicial de 1994, pero solamente un 7,3 por ciento a la liquidación prevista para terminar el año en curso.

Según el Instituto, este umento -que supondrá que el Estado ingresará 270.000 millones más que en 1994- no proviene sólo del incremento de actividad, sino también del nuevo sistema de pagos a cuenta.

Este organismo valora positivamente la corrección de la doble imposición de divivendos, pero cree que la reforma que quiere llevar a cabo la Administración sobre este impuesto supondrá que las empresas españolas soporten un coste fiscal superior al de otros países europeos.