Según Kindelán, es difícil prever su duración: “Este incendio es muy grande y mientras haya un solo punto caliente no lo vamos a dar por controlado ni extinguido. Mucho tardaremos en la extinción total porque se generan una especie de carboneras que hay que eliminar: calculamos que estará controlado en uno o dos días y para la extinción, casi un mes”.

El director del Puesto de Mando calificó la pasada noche como tranquila, porque “no se ha dado ninguna señal de rebrote” pero al despuntar el día han aparecido “algunos puntos pequeños” de fácil control. Según indicó, ya se ha dado paso a las compañías que gestionan todos los suministros (agua, luz, telefonía) para que puedan ir resolviendo los problemas de abastecimiento.

No obstante, aún existen complicaciones relevantes en el incendio de Bejís: “Hay muchas porque se trata de una emergencia múltiple que se expande en el espacio y en el tiempo, sobre todo, cuando el fuego se pone voraz, que es exactamente lo que ha pasado. Por momentos la evolución de incendio ha sido completamente feroz”.

En cuanto a cómo controlar incendios de sexta generación como éste, el especialista indicó que "hay que cambiar muchas cosas". “No se trata simplemente de aumentar el número de medios: hemos llegado a tener 40 aeronaves trabajando en el incendio. No es una cuestión de labores de extinción, que siempre se pueden mejorar, sino de la situación de las grandes masas de vegetación, que en ocasiones hacen que el fuego sea inextinguible". La situación actual del monte o el abandono de la ganadería hace que se precisen "otras estrategias a largo plazo para prevenir los fuegos”, concluyó Kindelán.