Para Marcos Merino, esa propuesta del PSOE castellanomanchego tiene su parte negativa y su parte positiva. La positiva es que "hace mucho más transparente la gestión de los Diputados y Senadores en general".

El inconveniente que plantea es que, en algunos casos, "podrá eliminar a algunas personas de la dedicación de la vida parlamentaria porque seguramente su dedicación a la vida profesional le llenaría más o les podría plantear alguna dificultad el renunciar al ejercicio de la vda profesional".

El diputado por Vizcaya planteó la búsqueda de un "equilibrio" para que, "sin llegar a una incompatibilidad total, sí definir aquellas cosas que son incompatibles".

"Seguramente", añadió, "hay cosas en la vida profesional de los Parlamentarios que pueden, más o menos, seguir haciéndose pero que hay otras donde posiblemente, de la manera que está en estos momentos, no queda suficientemente resguardada la no utilización para fines particulares de información privilegiada o de alguns ventajas que da el ser parlamentario".

El equilibrio que propone Marcos Merino consiste en buscar que el parlamentario sea, sobre todo, parlamentario y que, a la vez, eso no le impida seguir manteniendo una conexión con su actividad profesional, pero dentro de un orden y unos límites que habría que establecer.

A juicio de Merino, en el caso de tener que optar por mantener la actividad profesional abierta, como está ahora, o cerrada totalmente, él sería partidario de "mantenerla cerrada".

Pro antes que tomar esa decisión, añadió aseguró que procuraría "buscar el equilibrio ya que, el hecho de ser parlamentario no debe de desligar a uno de su profesión habitual aunque sí debe de haber algunas áreas de la actividad profesional en las que no se puede vincular ni directa ni indirectamente".