SE INICIA EL JUICIO POR EL CASO DEL INSPECTOR DE POLICIA QUE MATO DE UN DISPARO A UN DELINCUENTE

ZARAGOZA
SERVIMEDIA

El fiscal y la acusación particular han solicitado penas de diez meses y cinco años de prisión respectivamente para el subinspector de Policía Nicasio Brieva, que el pasado mes de mayo mató de un disparo a un delincuente. El fallecido, en compañía de otra persona, huía tras haber robado 5.000 pesetas a un joven que acaba de extraerlas de un cajero automtico.

Los hechos juzgados tuvieron lugar alrededor de las cinco de la madrugada del sábado 23 de mayo de 1992. El subinspector Nicasio Brieva en horas fuera de servicio se encontraba trabajando como vigilante en el Hotel Avenida, situado en la Avenida de César Augusto.

Según declaró ante el juez, al salir a comprar a una churrería cercana advirtió que dos individuos permanecían en actitud acechante ante un cajero automático, en cuyo interior un joven sacaba dinero.

Se aproximó, golpeó con lo nudillos en el cristal para advertir al joven, pero éste no se dio cuenta del aviso. En ese momento -según el testimonio del policía- uno de los delincuentes se aproximó a él con actitud amenazante y le insultó, por ello decidió regresar al hotel y llamar por teléfono a la policía.

Antes de poder hacerlo, comprobó que el joven que había extraído el dinero del cajero, y que, al parecer, se encontraba en estado de embriaguez, estaba rodeado por los delincuentes que se habían acercado a él en el momentoque iba a coger un taxi. Vio cómo le quitaban el dinero de la cartera y emprendían la huida.

Corrió tras ellos, y al entrar en la calle San Pablo paró y sacó la pistola. Al manipular el arma se produjo un disparo fortuito que alcanzó y causó la muerte a uno de los delincuentes, Manuel Martín Alcalá, de 21 años.

Según unos testimonios, el disparo del policía se produjo casi al tiempo de sacar el arma del bolsillo y, según otros, el subinspector llegó a estirar los dos brazos para encañonar a los dlincuentes que huían.

La acusación particular, ejercida por Celia Gil Laguna, ha solicitado cinco años de cárcel por entender que el policía se extralimitó en el uso del arma. Luis Saldaña, abogado defensor del policía, considera que no existió delito, tan sólo un infortunado accidente, por lo que pide una sentencia plenamente exonerativa de responsabilidad para su defendido.

El joven que sufrió el robo ha reconocido que en el momento de producirse los hechos se encontraba borracho y ha aseguradoque los delincuentes no se comportaron de forma violenta.

(SERVIMEDIA)
25 Mar 1993
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