En una nota de prensa, el Arzobispado de Madrid señala que ambas delegaciones han manifestado la importancia de una buena relación entre los trabajadores inmigrantes y la Iglesia de Madrid, de forma que la comunidad cristiana mantenga una respuesta coherente y evangelizadora respecto a los problemas de los inmigrantes.

Las dos delegaciones abogan por la creación de programas exclusivos para qu el inmigrante tenga acceso a los recursos básicos existentes, como la comunidad eclesial, en la que nadie debe sentirse extranjero.

Para el delegado diocesano de Migraciones, Antonio Martínez, "los inmigrantes deben sentirse llamados a desarrollar su sentimiento de pertenencia a nuestra sociedad y a nuestras Iglesias, y a expresar su voluntad de integración y de participación en ellas".

"La comunidad cristiana tiene que plantearse la evangelización del mundo obrero inmigrante. Han venido a Españ, han sufrido un cambio de ambiente y además se han convertido en obreros. Todo esto significa un cambio de civilización y los cambios de civilización hay que evangelizarlos", añade Martínez.