La muerte de cuatro novillos fue retransmitida en el perfil de una conocida ganadería ubicada en la provincia de Jaén sin que los medios técnicos y humanos de Meta (matriz de Instagram) evitaran la “violencia explícita” que allí se produjo y que pudieron ver decenas de usuarios, incluso sin ser seguidores estrictos de la página, apuntó FFW.

Esta fundación señaló que el compendio de normas comunitarias para el uso de Instagram y Facebook (esta red social, también de Meta) prohíben la publicación de cualquier contenido explícito de violencia sobre animales, como podría ser el caso de la tauromaquia.

“Es posible que eliminemos videos que contengan una enorme cantidad de violencia gráfica con el fin de asegurarnos de que (…) siga siendo apropiado para todos”, apuntan esas normas.

De hecho, es habitual que Instagram establezca advertencias sobre fotografías y vídeos de este tipo. Por ello, la FFW criticó “la falta de previsión y el funcionamiento de un algoritmo que permite directos de violencia explícita y real sobre animales”.

No obstante, esta fundación naturalista indicó que los menores de edad pueden acceder a Instagram y visualizar “imágenes promocionales de novilleros, toreros y picadores, que publican continuadamente contenido de maltrato animal”.