Montoro hizo esta afirmación durante la primera jornada del ciclo de conferencias "Movilidad responsable. Valores en movimiento" que se desarrollaran en Madrid, promovidas por la Fundación Abertis con la colaboración de Iberpistas.

El director del Intras señaló que uno de los problemas para la seguiridad vial es que "no se enseña a la ciudadanía lo que implica la velocidad en el tráfico. El riesgo se comparte y se impone al resto de usuarios de la vía, y eso no debería ser así".

Para Montoro, los accidentes de tráfico son "como una enfermedad cardiaca, tienen su historia". En este sentido, apuntó que los valores que se transmiten a los jóvenes "influyen de forma decisiva en la toma de decisiones, y los padres dedican cada vez menos tiempo para educar a sus hijos, por lo que ya no se les da educación vial, sino formación vial".

En la última década han muerto en la carretera 18.000 jóvenes menores de 29 años, "y es que conducimos como vivimos", señaló Montoro. Los accidentes de tráfico han sobrepasado cualquier expectativa previsible, "por lo que no podemos bajar la guardia, puesto que la forma de ser de una sociedad se refleja de forma decisiva en la conducción".

Finalmente, el catedrático de Seguridad Vial dijo que aunque resulta extraño que haya coches con excesiva potencia, "el cinismo imperante en la sociedad la convierte en la sociedad de la exageración", por lo que ve difícil encontrar una solución a la movilidad viaria.

SEGURIDAD DEL SISTEMA

Durante la primera jornada de este ciclo de conferencias también participaron el director general de Carreteras, Francisco Javier Criado; el vicepresidente cuarto del Congreso de los Diputados y portavoz de la Comisión de Seguridad Vial y Prevención de Accidentes de Tráfico, Jordi Jané, y el presidente de la Fundación Abertis, Miquel Roca.

En su intervención, Criado señaló que "hay que hacer compatible la mayor movilidad posible con la seguridad del sistema de circulación". Para ello, apuntó que los gobiernos ponen a disposición de los ciudadanos las carreteras, pero para que esa seguridad sea posible "sólo podrá operarse a partir de la responsabilidad individual del usuario en la conducción de su vehículo".

Para el director general de Carreteras, queda mucho por hacer, "como la mejora de la red de carreteras secundarias, la señalización de todas las carreteras, la mejora de las primeras autovías que se construyeron y el establecimiento de muchas barreras de seguridad en las carreteras".

Además, Criado afirmó que le preocupa la homogeneidad y racionalización de las carreteras y denunció una "publicidad excesiva en determinados tramos de las carreteras", en las que "aflora una selva de carteles que desvía la atención de los conductores".

Por su parte, el portavoz de la Comisión de Seguridad Vial y Prevención de Accidentes de Tráfico, Jordi Jané, apostó por el cambio de actitud en materia de movilidad "que depende de la Dirección General de Carreteras y, en definitiva, del Ministerio de Fomento". Al respecto, el político catalán reconoció que "aunque hemos mejorado, aún nos queda muchísimo camino por recorrer en esta materia, porque se deben elaborar normas que los conductores entiendan, puesto que los límites de velocidad deben ser creíbles".

Finalmente, el presidente de Abertis, Miquel Roca, como promotor de estas conferencias, afirmó que entre las misiones de la Fundación Abertis figura la de "revertir a la sociedad en forma de estudio la promoción de valores, y la educación viaria es un instrumento a través del cual se produce dicha reversión".

Para ello, Roca destacó que la educación viaria comienza con la comprensión por los jóvenes de que a través de los valores del civismo se puede aprender a ser responsable en la carretera. "Hay una causa común para la que necesitamos personas dispuestas a asentar dicha necesidad de plasmar el civismo como punto de partida para la convivencia".