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Investigadores del CSIC analizarán el impacto de los contaminantes de origen humano en la Antártida

MADRID
SERVIMEDIA

El Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (Idaea-CSIC) junto al Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), el Instituto de Química Orgánica General (IQOG-CSIC) y la Universidad de Vigo ha iniciado este martes la expedición ‘Antom-II’ en el océano Austral para analizar el impacto de los contaminantes emergentes y compuestos orgánicos semivolátiles de origen humano.

La expedición parte desde Ushuaia, en Argentina, hasta el mar de Bellinghausen, en la Antártida, en el Buque de Investigación Oceanográfica ‘Hespérides’. Durante un mes, el equipo de investigadores analizará el potencial de los microorganismos marinos de la Antártida para degradar estos contaminantes de origen humano.

Este proyecto se suma al estudio que comenzó en diciembre de 2020, cuando la expedición ‘Antom-I’ partió desde inició su recorrido en Vigo hasta Punta Arenas, en Chile, que recogió muestras de aire y agua en el océano Atlántico para determinar como se transportaban los contaminantes químicos hasta el océano Austral.

El objetivo de ‘Antom’ es cuantificar las entradas atmosféricas de contaminantes orgánicos emergentes y de la materia orgánica antropogénica en el océano Austral, según aseguró la investigadora del IQOG-CSIC y co-OP del proyecto, Begoña Jiménez.

Por su parte, la docente e investigadora Cristina Sobrino, del Departamento de Ecología y Biología Animal de la UVigo, recalcó que los resultados de esta expedición son “muy importantes” ya que el fitoplancton, a pesar de su pequeño tamaño, constituye “la base de la cadena trófica marina y forma parte activa del ciclo global del carbono, captando CO2 atmosférico y contribuyendo con estos a la regulación del clima en el planeta”.

Los investigadores también estudiarán las concentraciones y transformaciones de distintas formas químicas del mercurio con el objetivo de cuantificar la formación de Metilmercurio, la forma química que se acumula en las cadenas tróficas, y medirán las abundancias de los microorganismos que forman parte del plancton.

A su vez, los resultados que se obtengan ayudará a entender los efectos que tiene la contaminación de origen humana en los ecosistemas antárticos, además del alcance e impacto en zonas remotas.

(SERVIMEDIA)
18 Ene 2022
MPB/clc