El último informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima una prevalencia de la depresión en España del 5,2%, y todo indica que los trastornos de salud mental se incrementarán de manera significativa a raíz de la pandemia de la covid-19.

El proyecto ‘EvalDeApps’ diseña un instrumento para evaluar las aplicaciones que se vayan utilizando en este ámbito para poder diferenciar las que pueden ser útiles y aportar valor, ya que el uso de estas herramientas a través del móvil podría ayudar en la prevención y tratamiento de los trastornos mentales.

El equipo está formado por dieciséis personas investigadoras de ocho instituciones. Por parte de la UOC, además de Carme Carrion, también participa el profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación e investigador del grupo Internet Computing & Systems Optimization (ICSO), Antoni Pérez-Navarro. Así como, los investigadores del ‘eHealth Center’ Noemí Robles y Francesc Saigí, que es profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC y director del Centro Colaborador en Salud Digital de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En la actualidad, se calcula que hay alrededor de 10.000 aplicaciones de salud mental, de las cuales, según los datos preliminares de los investigadores, 250 se dedicarían al tratamiento, monitorización y acompañamiento de la depresión. En este sentido, Carme Carrion explicó que estas aplicaciones, consideradas como productos sanitarios, deben seguir una regulación europea específica.

Cualquier aplicación puede implicar riesgos en cuanto a la seguridad y la protección de datos, pero las aplicaciones del ámbito de salud mental pueden implicar un perjuicio añadido recomendando intervenciones o terapias que no tengan ninguna validez, alertó la investigadora. También recalcó que el sistema de salud “necesita contar con herramientas fiables, seguras y efectivas” para su evaluación.

El proyecto analizará la seguridad, privacidad de los datos, usabilidad, fiabilidad, grado de desarrollo y funcionalidad. También contará con la participación de pacientes, tecnólogos expertos en aplicaciones y profesionales de la salud mental y de Atención Primaria que definirán criterios relacionados con la efectividad y seguridad de las intervenciones para gestionar la depresión.