En un comunicado, Alcázar resaltó que, aunque el aumento de dos décimas de la inflación del mes de junio no es "especialmente negativo, debe valorarse que en estos primeros seis meses ya se ha alcanzado la tasa de IPC prevista para el conjunto del año".

"Esto indica que existen focos inflacionistas permanentes, como el correspondiente al sector servicios, a los que el Gobierno debe dar una oportuna respuesta", añadió, y el alza en los precios de los productos energéticos "daña seriamente la competitividad de nuestra economía e impone la necesidad de apostar decididamente por políticas energéticas alternativas y renovables".

El dirigente de IU apuntó que "estos datos suponen sin duda un perjuicio en la calidad de vida de la inmensa mayoría de los ciudadanos, en especial de aquellos con rentas más bajas y quienes tienen fijado su incremento salarial en función de la inflación prevista en los PGE".

"Demuestran una vez más las deficiencias estructurales existentes en nuestro sistema productivo en elementos tales como el amplio déficit comercial, la dependencia energética, los bajos niveles de productividad existentes y una producción apoyada en bajos costes laborales", insistió.

A su juicio, un IPC que se desvíe de las previsiones del Gobierno afecta fundamentalmente a los asalariados con menor nivel de ingresos, entre otros motivos porque deben soportar una pérdida de poder adquisitivo, dado que gran parte de los trabajadores no disfrutan de cláusulas automáticas de revisión salarial.

"Además, el sistema fiscal actual es cada vez más regresivo al estar basado en su mayor parte en la imposición indirecta (IVA), por lo que ante un aumento de precios se pagarán más impuestos, independientemente del nivel de renta que se tenga. Ello se completa con un excesivo peso de las rentas de los asalariados en el IRPF", concluyó Alcázar.