Todos ellos se repartieron el tiempo que correspondía a su grupo en la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Senado, para dar cuenta de estas políticas.

Pablo Gómez Perpinyà (Más Madrid) aprobó las medidas aprobadas por Sánchez pero le advirtió de que un presidente progresista no puede dejarse llevar por un PP al que ve atacando el pacto fiscal de la Constitución ni por ricos que amenazan con irse, y quiso recordar el retraso del presidente el 12 de octubre diciendo que porque por una vez la Monarquía espere a las instituciones democráticas no pasa nada.

A continuación, Fabián Chimea, de la Agrupación Socialista Gomera, apoyó la actualización de las pensiones y las diversas medidas adoptadas por el Gobierno, pero pidió no sólo justicia social sino también territorial. Y Vicenç Vidal, de Més per Mallorca, mencionó la necesidad de atajar el empobrecimiento de cada vez más españoles como el necesario objetivo de las políticas; sugirió dos pagas de dependencia, ayudas a desempleados y bonificaciones a matrículas universitarias en lugar de gasto militar, pero aprobó las medidas aprobadas.

Koldo Martínez, de Geroa Bai, enumeró también una serie de propuestas de ayudas que ha registrado su formación en el Senado o el Parlamento navarro, y afeó a Sánchez que no cumpliera con la inversión local a la que él condicionó su apoyo a los últimos presupuestos. Finalmente, se quejó de que el canal 24 horas de TVE sólo retransmitiera el ‘cara a cara’ del presidente con Feijóo ignorando al resto de grupos parlamentarios.

Por último, Carles Mulet (Compromís) defendió la necesidad de los servicios sociales pese al “mantra de bajar impuestos” mientras se piden más ayudas, lo que sólo se podría compatibilizar “por arte de magia”. Desde el punto de vista valenciano, se quejó de “dumping fiscal” de otras comunidades y de infrafinanciación. En general, pidió “más valentía” en forma de impuestos a las multinacionales y a los objetos de lujo, y terminó protestando por el hecho de que Sánchez sólo contestara de forma individual al PP, a ERC-EH Bildu y al PNV, distinguiendo así grupos “de primera” y “de segunda”.