Voluntariado

Jóvenes voluntarios llaman a la ciudadanía a sumarse a su "gratificante" tarea en la AECC de Madrid

- Con motivo de la organización de la primera Feria de Voluntariado que la entidad celebra hoy en la capital

- En torno a 250 menores menores de 30 años colaboran con la AECC de Madrid

MADRID
SERVIMEDIA

Acompañar a pacientes y familiares durante sus tratamientos contra el cáncer es una tarea “dura”, en ocasiones invisibilizada, pero muy “gratificante”. Por ello, algunos de los 250 jóvenes (menores de 30 años) voluntarios de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en Madrid reivindicaron su tarea de acompañamiento e hicieron un llamamiento a la ciudadanía a sumarse a esta labor que “cambia” vidas.

Así lo expresaron en una entrevista a Servimedia Laura Guijarro, Jaime Franco y Josué Pizarro, jóvenes voluntarios de la AECC en Madrid y a quienes, entre otros, se rendirá homenaje este sábado, de 11.00 horas a 20.00 horas en la Plaza de Colón de la capital, en la I Feria de Voluntariado que organiza la entidad. Además, tendrán gran protagonismo los voluntarios de la ‘generación de cristal’ (menores de 30 años).

Bajo lema ‘Contigo +’ (el voluntariado suma), la AECC en Madrid busca visibilizar y valorizar el voluntariado como forma de vida y atraer a otras personas que puedan estar interesadas en incorporarse. Será una jornada festiva en el que los visitantes podrán disfrutar de música en vivo, juegos, charlas, coloquios, cuentacuentos, magia, carpa infantil y actividades lúdicas.

Además, con la consigna de que el ‘voluntariado suma donde el cáncer resta’, la AECC en Madrid cubre diferentes ámbitos y sus voluntarios dan apoyo domiciliario, como es el caso de Pizarro; en hospitales, como lo hace Guijarro; y voluntariado en ciencia, como es el caso de Franco. También hay voluntariado testimonial (poner en contacto pacientes y voluntarios con situaciones similares), de soporte, de cuidados paliativos, en residencias o que aborda la soledad no deseada.

EL PERFIL DEL VOLUNTARIO

La responsable de Voluntariado de la Comunidad de Madrid de la AECC en Madrid, María José Meniz, describió en una entrevista a Servimedia estas diferentes categorías de voluntariado y explicó también que en la región madrileña cuentan con unos 4.100 voluntarios en total. De ellos, 250 son menores de 30 años y, de estos últimos, unos 100 colaboran diariamente.

Además de apoyar a pacientes con cáncer y sus familias, los voluntarios de la AECC en Madrid también participan en actividades de prevención del consumo de tabaco, en acciones deportivas como la carrera solidaria de la entidad y otros eventos. Meniz describió que el perfil más habitual del voluntario es de estudiantes o trabajadores que compaginan ambas tareas, en su mayoría mujeres (59%). En el caso de los adultos, las mujeres representan el 75% de los voluntarios.

EL CORAZÓN

Los voluntarios de la asociación son el “corazón” y su “motor”, según calificó Meniz. En medio de una enfermedad que sacude cuerpos y emociones, los voluntarios escuchan, acompañan y ayudan a los familiares de los pacientes que muchas veces están “invisibilizados”, dijo Guijarro. Ella colabora en hospitales, en oncología infantil, y dedica algunas de sus tardes a jugar y charlar con niños con cáncer y sus familiares. “Es duro, pero cambia la perspectiva de vida”.

La voluntaria compagina su trabajo con estas tareas y lleva seis años dando la mano a los menores y familiares que viven rodeados de una enfermedad tan difícil y con quienes logra entablar una conexión emocional fuerte. Este impacto anímico que genera el voluntariado es una de las cuestiones en la que más incidieron los tres jóvenes.

En el caso de Pizarro, realiza voluntariado en domicilios, dando orientación y escuchando a personas mayores con cáncer, principalmente. Lleva unos seis meses en la asociación y, para él, “sentirse bien conmigo mismo” es lo que más aprecia de su colaboración. Tanto para él como para sus compañeros, los momentos más difíciles del voluntariado son cuando los pacientes fallecen por el cáncer.

En concreto, Pizarro recordó el caso de una mujer a la que apoyó, que perdió a su hija a causa de un cáncer. Pese a momentos difíciles como ese, los voluntarios pusieron en valor la vocación de ayudar y observar la reacción positiva que su ayuda genera en los pacientes o familiares.

VOLUNTARIADO Y CIENCIA

Esas ganas de ayudar también impulsan a Franco. En su caso, el voluntariado es en ciencia, que es diferente al de sus compañeros. Él es científico perteneciente al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y trabaja en un proyecto de inmunoterapia para combatir el cáncer. En sus tareas de voluntariado se dedica a divulgar tanto sus proyectos como la ciencia en general entre todo tipo de público.

“Ver las caras de emoción e incertidumbre” tanto de niños como de mayores cuando se les exponen temas científicos y escuchar que, sobre todo, los menores “hacen muchas preguntas” son algunas de las cuestiones que más “satisfacción” y gratitud provoca el voluntariado, según relató Franco.

Las ganas de ayudar son un motivo esencial para hacer voluntariado en la AECC en Madrid, pero la responsable de Voluntariado en la Comunidad de Madrid también detalló que estar en un momento emocional óptimo y tener algún tipo de formación son cuestiones relevantes que se tienen en cuenta para la selección de voluntarios en la asociación.

De cara al futuro, Meniz aseguró que desde el voluntariado buscan generar una asociación “moderna” y que los jóvenes tomen más impulso y protagonismo en estas actividades. Los tres jóvenes entrevistados afirmaron que continuarán siendo voluntarios siempre que sus circunstancias se lo permitan y animaron a que otras personas se sumen porque el tiempo de una persona puede significar la alegría de otras.

(SERVIMEDIA)
14 Jun 2025
AGG/mag/clc