“En el sector financiero tenemos una responsabilidad muy clara en este escenario. No basta con conceder el crédito, hay que entender el proyecto”, expresó durante su intervención en el XXVIII Congreso Nacional de la Empresa Familiar, organizado por el Instituto de la Empresa Familiar (IEF) en Burgos.

Juliá insistió en la necesidad de simplificar las normas y reducir las cargas burocráticas y los marcos regulatorios, a la vez que se impulsen alianzas sólidas entre el sector público y privado, y se adapte el mercado laboral.

A su juicio, todas estas condiciones son necesarias para que Europa no se quede tras “en una carrera global liderada por Estados Unidos y China”, en la que no solo vale la cohesión, sino que se necesita talento, inversión y liberalización de capital.

Esto también tendrá repercusiones para España, ya que “si las empresas crecen, España crece; si las empresas innovan, España innova; y si las empresas son competitivas, España es competitiva”.

Juliá mostró el respaldo de Santander a la empresa familiar española, con recursos a su disposición para ayudarles a superar sus retos.

“Ocho de cada diez empresas son familiares. Crean empleo, asumen riesgos, conquistan mercados y transmiten valores que no aparecen en ningún balance. No es solo un modelo de propiedad, es una forma de entender la vida, el trabajo y el legado”, recalcó.