Eran las 18.07 horas de la tarde cuando la fumata blanca de la chimenea de la Capilla Sixtina del Vaticano anunció al mundo la noticia de que los cardenales, reunidos en cónclave desde el día de ayer, habían elegido al nuevo Papa que releva a Francisco al frente de la Iglesia de Roma.

Ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti anunció el nombre del cardenal Robert Francis Prevost, de origen estadounidense y madre española. El nuevo pontífice, que fue proclamado como León XIV, anunció en sus primeras palabras un mensaje de “paz”.

El primer Papa estadounidense confirmó su intención de seguir caminando hacia una "iglesia misionera siempre abierta a recibir a todos con los brazos abiertos como esta plaza".

En su primer discurso el pontífice recordó al papa Francisco: "Permítanme dar continuidad a la bendición que otorgó al mundo entero en la mañana de Pascua”. “Ahora conservamos en nuestro sonido esa voz débil pero siempre valiente del papa Francisco que bendecía a Roma”, insistió el nuevo pontífice que, visiblemente emocionado, afirmó que “el mal no permanecerá”.

“Seamos discípulos de Cristo, el mundo necesita de su luz”, proclamó. “La humanidad necesita de él como el puente para construir con el diálogo el encuentro, para ser todos un solo pueblo en paz”.

Robert Francis Prevost apeló a su vinculación con la orden de San Agustín para recordar la cita del santo: “Con vosotros soy cristiano, para vosotros soy obispo”.

El primer pontífice estadounidense manifestó su intención de dirigir su pontificado centrado en "estar juntos para ser iglesia misionera" y habló en español para recordar de forma especial a la iglesia de Chiclayo, en Perú, de la que es obispo desde el 26 de septiembre de 2015. En marzo de 2018 fue elegido también vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana y un año después fue nombrado por el papa Francisco miembro de la Congregación para el Clero y, en 2020, miembro de la Congregación para los Obispos.

León XIV también afirmó en sus primeras palabras su deseo de ser una "iglesia sinodal que busca siempre la paz, la caridad y estar cerca de quienes sufren", una declaración que fue especialmente aplaudida en la plaza de San Pedro.

El nuevo pontífice concluyó su discurso recordando a la virgen de Pompeya y pidió a los fieles congregados que le acompañasen en el rezo del Ave María.