LA LISTA DE ESPERA ELECTRONICA DE CHAMARTIN CAUSA EL DESCONCIERTO ENTRE EL PUBLICO

ADRID
SERVIMEDIA

El sistema de venta de billetes de la estación de Chamartín de Renfe es motivo de sorpresa y confusión entre los ciudadanos y las colas parecen inevitables tanto si se trata de coger el próximo tren como de hacer una reserva anticipadamente.

Las ventanillas permanecen abiertas desde primera hora de la mañana hasta las 23,30 horas, según indica en unos rotulos situados encima. Siguiendo las recomedaciones de la compañía de reservar anticipadamente su plaza, un ciudadano se diigió a las 22,00 horas de ayer a las ventanillas de venta de billetes.

Allí encontró dos tipos de taquillas: de venta para el día (inmediata) y otras que no ponía nada y que atendían también al público. También había dos contadores con números para los turnos de espera, uno para trayectos internacionales y otro para nacionales.

En un pequeño aparato expedidor de números cogió el 007 y vió, con estupor, que el marcador iba por el 500 y pico. Sin embargo, un rayo de esperanza le iluminó cuando descbrió que un cartelito le decía que siguiera la línea naranja del suelo para venta anticipada.

Así lo hizo. Salió del vestíbulo principal y una flecha en la acera le señaló, efectivamente, la oficina de venta de billetes con antelación. Estaba cerrada porque su horario es de 9 a 20.

Volvió al vestíbulo y, ante la duda de que pudieran correr casi 500 números en menos de hora y media, preguntó en una de las taquillas. Estas, sorprendentemente, solían estar desocupadas, con su número llamando a un clente que no tuvo la paciencia de esperar.

Entonces le dijo el empleado que el contador da la vuelta en el número 700, contra lo que pudiera pensarse, lo que significaba que los más de 200 números que faltaban ya estaban más cerca, sobre todo a la vista de la enorme cantidad de veces que los números pasaban sin que nadie acudiera.

DESCONCERTADOS

Pero no pasaban tan rápidamente, porque esperaban unos 10 segundos antes de ser sustituídos por el siguiente y porque, cada vez que alguien como el protgonista de esta historia acudía desconcertado a consultar algo a cualquiera de las ventanillas, la cuenta se detenía.

Pasaban de las 22,30 horas y ya faltaban menos de 100 números. Las ventanillas, mientras tanto, atendían a toda clase de personas, nacionales y extranjeras, que preguntaban, lograban sacar sus billetes o, estupefactos, volvían a preguntar qué tenían que hacer porque la máquina ya no daba números: se había debido acabar el papel.

Mientras, parte de los empleados situados detrás de as taquillas comenzaban a reducir su actividad, dejaban de llamar con sus marcadores, terminaban de recoger e iban echando las persianillas.

Apenas había gente esperando delante de las ventanillas, pero el ciudadano seguía allí, confiando en que el contador volvería a 0 después del número 700, tal y como le habían dicho.

Efectivamente, tres cuartos de hora después de haber obtenido el famoso y "peliculero" 007, a las 22,45 horas sacó los billetes pensando que más de la mitad del tiempo que estuvoesperando se había consumido con las taquillas vacías, que llamaban a un número que quienes lo obtuvieron se habían olvidado de él.

En el aparcamiento de la estación, que es gratis para sacar billetes durante la primera media hora, le dijeron que por lo menos cinco personas cuentan todos los días la misma historia.

Hoy no fue posible encontrar a nadie en el Gabinete de Prensa de Renfe. En el servicio de información al público de Chamartín insistieron en que el horario de venta anticipada es de 920 y que los domingos está cerrado y que si habían expedido billetes anticipadamente a las 22,45 de la noche era porque el empleado había sido tan amable.

El pasado 29 de junio, Renfe anunció que cerca de 200.000 madrileños utilizarían el tren para irse de vacaciones en la primera fase de la "operación salida". También recomendó que se adquiriesen previamente los billetes, a fin de evitar las colas de última hora frente a las taquillas.

(SERVIMEDIA)
04 Jul 1992
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