Según informó a Servimeia la Jefatura Superior de Policía, agentes de este Cuerpo habían sometido a vigilancia a un coche robado, el Peugeot 605, que se encontraba aparcado en la calle Mesonero Romanos. Carlos A.Z., que cuenta con un antecedente por robo con fuerza, acudió a recoger el vehículo y se intrudujo en él.

Los policías intentaron identificarle, pero el sospechoso comenzó a maniobrar violentamente con el coche adelante y atrás golpeando a los vehículos que se encontraban aparcados en la calle. Los agentes dispararo con sus pistolas a las ruedas del coche para que no pudiera escapar, pero, a pesar de ello, el individuo emprendió la marcha.

A partir de ahí, comenzó la persecución por las céntricas calles de Mesonero Romanos, Peligros, Plaza del Carmen y Gran Vía, entre otras, para bajar posteriormente hasta la plaza de España y cuesta de San Vicente, antes de emprender la salida de Madrid por la carretera de Extremadura.

Patrullas del Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil y Policía Municipal se unieron ala persecución colaborando con los agentes que comenzaron la operación, mientras el vehículo perseguido circulaba con las ruedas desinfladas.

Cuando el coche llegó cerca de Móstoles, alguna de sus ruedas ya no tenía goma, y el hierro tocaba directamente con el asfalto produciendo incluso chispas, según las mismas fuentes. En ese lugar, los policías lograron alcanzar y reducir al individuo, que quedó detenido.

Las fuentes consultadas no pudieron precisar cuál fue el motivo que llevó al argentino ahuir de esa manera tan desesperada, ya que el delito por el que tiene antecedente no es excesivamente grave.