La investigación se inició a raíz de la denuncia de una empresa de paquetería, a la que le habían desaparecido paquetas con joyas y bisutería, valorados en casi cinco millones de pesetas. En el transcurso de las gestiones, otras empresas farmacéuticas, discográficas y de piezas de automóviles denunciaron también que no habían recibido varios encargos, a pesar de que las firmas de origen afirmaban haberlas cumplimentado.

Las sustraciones parecían efectuarse siempre en el traslado de las mercancías desde el aeropuerto de Barajas hasta las instalaciones de la empresa encargada del transporte en Getafe. Varios agentes se personaron en los almacenes de la empresa y registraron el camión del detenido, en el que se encontraban paquetes y artículos que, supuestamente, debían estar ya entregados.

Posteriormente, se efectuó un registro en el domicilio del sospechoso en el que se incautaron, además de numerosos efectos que se correspondín con los artículos que figuraban en la denuncia, más de un kilo de hachís y nueve dosis de cocaína, un billete de diez mil pesetas falsificado y 550 euros en efectivo.