Emergencias

Madrid temió por la inseguridad nocturna con el apagón: "Va a oscurecer y hay demasiada gente en la calle"

- 1.200 policías municipales se ocuparon de mantener la seguridad en la capital durante el turno de noche

MADRID
SERVIMEDIA

El Gobierno municipal de Madrid se enfrentó ayer a la tarea de gestionar la crisis provocada por el apagón, que finalmente se saldó sin incidentes graves. Sin embargo, la preocupación crecía en el equipo del alcalde a medida que avanzaban las horas, ante la posibilidad de que al caer la noche la ciudad se quedara a oscuras con los riesgos que ello conllevaba para la seguridad ciudadana y vial. "Va a oscurecer y hay demasiada gente en la calle", llegó a decir José Luis Martínez-Almeida.

Según confirmaron a Servimedia fuentes del equipo del gobierno municipal, el alcalde llegó ayer cerca de las 13.25 horas al Centro Integrado de Seguridad y Emergencias (Cisem) del Ayuntamiento de Madrid en la calle Rufino Blanco, desde donde se realizó el seguimiento del apagón y se coordinaron las actuaciones de los efectivos de Samur y Policía Municipal para atajar una de las mayores crisis a las que se ha enfrentado la ciudad.

La vicealcaldesa y delegada del Área de Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Inma Sanz, fue la primera en dirigirse al Cisem, escasos minutos después de que saltaran los plomos de España. Los semáforos de las calles de la capital estaban en negro aunque los agentes de movilidad respondieron de forma instantánea a la emergencia tomando posiciones en los principales cruces de Madrid como Atocha y Cibeles en torno a las 12.45.

En ese momento, el foco institucional y el gabinete de crisis se situó en el Cisem. Hasta allí acudió Almeida para evaluar el estado de la ciudad rodeado de mandos de Policía Municipal, Samur y las distintas direcciones generales del Ayuntamiento de Madrid. Las prioridades fueron desde el primer momento la seguridad y la movilidad. También preocupaban los atrapados en los ascensores y las personas dependientes de la teleasistencia.

El flujo de autobuses de la EMT no se detuvo en ningún momento, aunque sí fue necesario cerrar los túneles de la M-30, ante la dificultad de efectuar rescates si había un accidente. A lo largo del día el alcalde se sumó a la petición para declarar el nivel 3 de emergencia y a la petición de que el ejército estuviera prevenido para ayudar a garantizar la seguridad. Mientras tanto, continuaban llegando más concejales del Gobierno municipal, como el delegado de Políticas Sociales, Familia e Igualdad, José Fernández, y el delegado de Urbanismo, Medioambiente y Movilidad, Borja Carabante.

Al Cisem también se acercaban voluntarios de Protección Civil y Samur buscando la manera de ayudar ante la imposibilidad de comunicarse con otros compañeros. Incluso un hombre mayor buscando una toma de electricidad para cargar el respirador de su hermana. "No puede vivir sin él", explicaba angustiado.

"HAY DEMASIADA GENTE EN LA CALLE"

El trasiego de asesores, personal de emergencias y otros responsables municipales continuó a lo largo de la tarde con la situación controlada en la capital. "Avanza mejor de lo que esperábamos", comentaban fuentes cercanas al alcalde. Agentes de Policía Municipal atentos a sus radios también señalaban lo sorprendente de que no hubiera ningún accidente relevante a pesar de los semáforos en negro.

La tensión comenzó a crecer pasadas las 20.00 ante el escenario de una ciudad a oscuras durante la noche. El Ayuntamiento de Madrid decidió reforzar los efectivos nocturnos de Policía Municipal, que finalmente fueron 1.200 en coordinación con la Policía Nacional, y aguardar la posible presencia del ejército si no volvía la luz. En paralelo, continuaban las dificultades de comunicación pero se mantenía el trasiego de peatones en las calles y el ambiente en las terrazas, lo que acrecentó la preocupación del Gobierno municipal.

En ese momento, el alcalde de Madrid abandonó la sala de reuniones y bajó con parte de su equipo a observar lo que sucedía en la calle Alcalá de Madrid. "Va a oscurecer y hay demasiada gente en la calle", comentaba Almeida, preocupado e interrumpido por curiosos que le saludaban desde el balcón o le pedían fotos.

La preocupación no era en vano, la tranquilidad y el civismo de la gente durante el día provocaron que a lo largo de la tarde los ciudadanos optaran por salir a correr, pasear al perro o tomar una cerveza y compartir transistor, con el riesgo de que al volver a casa sin luz ni semáforos se dieran situaciones de inseguridad tanto ciudadana como vial.

Entonces, comenzó a valorarse la posibilidad de que los coches de Policía Municipal emitieran mensajes por megafonía para que las personas volvieran a sus casas, ante la imposibilidad de emitir un comunicado que llegara a todas las personas por la falta de internet. A esa hora tampoco había conexión con las radios, que fueron el principal mecanismo de información.

"VUELVAN LO ANTES POSIBLE A SUS CASAS"

El alcalde optó por grabar un mensaje anticipando la posibilidad de una "ciudad a oscuras". "A todos los madrileños que están en la calle en estos momentos que vuelvan lo antes posible a sus casas y permanezcan en sus domicilios, que es la única forma de minimizar los riesgos que se van a producir".

El mensaje del alcalde para que todos los madrileños volvieran a sus casas se emitió en televisión y redes sociales pocos minutos antes de que la capital recuperara paulatinamente la luz en sus calles, entre aplausos desde las ventanas en un recuerdo de lo que fue la pandemia.

El civismo se impuso al apagón y el día cerraba sin incidentes graves y con perspectivas algo más optimistas de cara a la noche con la vuelta de la luz. El Gobierno municipal continuó en reuniones al menos hasta las 2.00 de la madrugada primero en la Delegación del Gobierno en Madrid, que ya tenía el control de la emergencia, y poco más tarde el Cisem, que seguía activo para hacer un seguimiento a nivel municipal.

El resultado fue una noche más tranquila de lo habitual para la Policía y el Samur, que terminó con un "conato de reyerta" frustrado por la Policía y con un alunizaje en una tienda de Madrid, pero sin otros incidentes graves. Durante la crisis los bomberos del Ayuntamiento atendieron más de 400 comunicaciones, en su mayoría por atrapados en ascensores, y 17.000 trabajadores municipales prestaron servicio para aminorar los efectos de la crisis.

(SERVIMEDIA)
29 Abr 2025
JAM/clc