Sólo en la localidad madrileña de Coslada se registraron 22 episodios de contaminación desde el pasado 25 de junio hasta el 1 de agosto, y en Alcalá de Henares 1, mientras que en toda Cataluña hubo 31, según Ecologistas en Acción. Todo ello a pesar de que en la comunidad madrileña existen 9 estaciones de medición y en la catalana 47.

Madrid, por su situación geográfica y por el trazado de la mayoría de las rutas aéreas que parten o llegan a su aeropuerto, es cruce de caminos aéreos y Barajas es el primer aeropuerto nacional por vuelos regulares y el segundo por vuelos "charter", tras el de Palma de Mallorca.

Los gases que despiden las aeronaves son depoitados en una zona situada entre 9.000 y 13.000 metros de altura, una capa donde los óxidos de nitrógeno que resultan de la combustión del queroseno persisten incluso más de un año y migran tanto hacia las capas superiores como inferiores de la atmósfera.

Los óxidos de nitrógeno que suben a las capas superiores destruyen la capa de ozono, mientras que los que bajan generan contaminación por ozono, según afirmó el ingeniero Juan Sebastián Milanés, director de la Consultora de Recursos, Ecología y Desarollo, en el seminario sobre "Aeropuertos y Transporte Aéreo", que tuvo lugar el pasado 30 de junio en Madrid organizado por el Club Diálogos para la Democracia.

PELIGRO PARA LA SALUD

El ozono es un gas de efecto invernadero con riesgos para la salud, tal y como acaba de recordar un estudio de la Asociación Americana del Pulmón, según el cual la exposición al ozono puede reducir el desarrollo normal de las funciones pulmonares de los niños.

Teniendo en cuenta que los vientos dominantes en Madridson los procedentes del noroeste con destino sureste, parte de la elevada contaminación por ozono de Coslada y Alcalá de Henares podría deberse al tráfico aéreo, al tratarse de núcleos de población situados al este del aeropuerto de Madrid-Barajas.

Según el autor de la ponencia, el ingeniero Juan Sebastián Milanés, las principales fuentes de monóxido de carbono (CO), hidrocarburos inquemados y partículas en los aeropuertos son los vehículos de apoyo en tierra y los automóviles que acceden al aeropuert. Por el contrario, las fuentes principales de emisiones de óxidos de nitrógeno y óxidos de azufre son las aeronaves.

"Las perspectivas futuras sobre las emisiones de la actividad aeroportuaria y el tráfico aéreo no son muy optimistas: aunque se seguirán produciendo avances en la tecnología de motores que reducirán las emisiones y el consumo de combustible, es más que probable que el crecimiento del tráfico anule el efecto de estos avances", señaló Milanés.