La construcción de la torre, que en conjunto tiene una altura de 92 metros, comenzó hace exactamente un año y estuvo rodeada de una gran polémica,debido a los diferentes puntos de vista de los grupos políticos y los vecinos respecto al proyecto, cuyo coste final ascendió a 630 millones de pesetas.

Desde que el Ayuntamiento inició las obras, en febrero del pasado año, la asociación de vecinos de La Rosaleda, del barrio de Argüelles, el Grupo Socialista en el consistorio y la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos (FRAVM) exigieron al equipo de gobierno la paralización del proyecto, al considerar que incumplía el Plan General de Ordenació Urbana.

Posteriormente, la Universidad Politécnica se unió a este frente opositor -la torre se construyó en terrenos de su propiedad-, lo que derivó en la apertura, por parte de la Consejería de Política Territorial de la Comunidad de Madrid, de un proceso administrativo para comprobar si la obra se ajustaba a las normas urbanísticas.

El enfrentamiento entre el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid alcanzó las mayores cotas de polémica cuando el entonces consejero de Política Territorial, Eduard Mangada, calificó al "faro" de "feo e inculto", y anunció su intención de paralizar las obras.

IMPUGNACION

Para ello, y tras un intenso debate en torno al proyecto, Mangada presentó en el mes de marzo un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia, en el que pidió la impugnación del acuerdo plenario que daba vía libre al proyecto y la paralización de la construcción, solicitud que finalmente fue desestimada, lo que permitió al Ayuntamiento concluir la torre.

El "Faro de la Moncloa", que tambén es conocido popularmente como la "linterna", facilitará las comunicaciones a la Policía Municipal, ambulancias y bomberos, al tiempo que servirá de centro de iluminación de la zona, especialmente del Arco de Triunfo, y dispondrá de varias cámaras para controlar el tráfico.

Asimismo, más de 100 personas podrán acceder a su plataforma superior para admirar una ámplia vista de la ciudad, a donde accederán mediante un ascensor panorámico, que podrá transportar a 13 personas en cada viaje y estará provito de aire acondicionado.

Además, un potente rayo láser hará visible a la "linterna" en un radio de 50 kilómetros, lo que permitirá que sea contemplada por los vecinos de localidades como El Escorial o Villalba.