Marlaska hizo esa consideración en la inauguración de la conferencia internacional ‘Educación vial para el objetivo cero y un sistema seguro’, organizada por la Fundación Mapfre y que se celebra esta mañana en el Congreso de los Diputados.

Señaló que “un solo muerto ya es demasiado” en siniestros de tráfico, si bien recordó que España cuenta con una tasa de 32 personas fallecidas por cada millón de habitantes, cuando la media de la UE es de 44, algo que, según añadió, no debe llevar a la “complacencia”.

Durante el año pasado se produjeron incrementos de un 4% en la cifra de víctimas mortales y un 3% en los movimientos en carretera en comparación con 2019 (2020 y 2021 fueron anómalos por las restricciones a la movilidad derivadas de la pandemia de la covid-19).

No obstante, una reciente cumbre celebrada en Bruselas (Bélgica) concluyó con la “preocupación” de distintos países de la UE por el repunte de la siniestralidad vial, según Marlaska.

ESTRATEGIA DE SEGURIDAD VIAL

Por otro lado, España cuenta con una Estrategia de Seguridad Vial 2030 con el objetivo fundamental de reducir en un 50% el número de personas fallecidas y el de heridas graves en siniestros viales al final de esta década respecto a las cifras de 2019, puesto que 2020 fue anómalo por la pandemia del coronavirus. Y el de 2050 es la de cero fallecidos.

“No es una meta imposible de alcanzar, pero sí un reto titánico y no podemos obviarlo”, admitió Marlaska, antes de añadir: “Nuestro compromiso es trabajar hasta forjar una movilidad segura que garantice el derecho de todas las personas a disponer de las vías públicas sin que importe la forma en que se desplazan, que se base en el respeto a los demás usuarios y que estos actúen siempre con responsabilidad y seguridad”.

En este sentido, indicó que la educación vial es “el factor de más largo recorrido” para la movilidad segura y que valores como el respeto, la tolerancia, la responsabilidad, la seguridad, la confianza y la comprensión deben interiorizarse tanto en etapas formativas como en toda la vida de los usuarios de las vías.

Destacó que la Ley Orgánica por la que se modifica la Ley Orgánica de Educación (Lomloe) da a la educación vial un carácter troncal con objetivos específicos y evaluables en movilidad segura, saludable y sostenible en primaria, secundaria y bachillerato.

Además, subrayó que las escuelas de conductores transmiten formación técnica y de valores y civismo, y hay cursos de conducción segura y eficiente que enseñan a gestionar situaciones de emergencia durante la conducción.

El sistema del permiso por puntos ofrece cursos de sensibilización y reeducación dirigidos a conductores que infringen las normas de forma reincidente, que realizan cerca de 68.000 personas cada año. Marlaska recordó que el año pasado se creó el título de técnico superior en formación para la movilidad segura y sostenible.

Por otro lado, la vicepresidenta primera del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, apuntó que España es uno de los países con las tasas más bajas de siniestralidad vial y que la “tasa cero todavía no está por llegar”. “Esta drástica reducción de la siniestralidad en las vías públicas españolas no solo es un objetivo deseable, sino que es un objetivo alcanzable”, dijo.

Por último, el presidente de la Fundación Mapfre, Antonio Huertas, coincidió con Marlaska en que conviene “profundizar” en la educación, la formación y la concienciación en seguridad vial, y en que el “único objetivo ético posible y, además, alcanzable” es el de cero fallecidos y lesionados en siniestros de tráfico.