La guerra en este país, que el próximo 24 de febrero cumplirá su primer año, determinó todo el trabajo de Farmamundi, que distribuyó más de 110 toneladas de medicamentos y material sanitario.

De estas, cerca de 80 toneladas se repartieron en distintos centros hospitalarios de Ucrania, entre ellos los de Dnipro, Leópolis y Odesa.

También llevó a cabo programas de acción directa, sobre todo en la región de Poltava, donde se entregaron enseres de primera necesidad, kits nutricionales y de higiene y grupos electrógenos, y se prestó atención sanitaria y psicológica a miles de personas.

Con 130 proyectos de cooperación, acción humanitaria y educación en marcha, la organización celebra este año su 30 aniversario en medio de un escenario mundial convulso y con constante violación de los derechos humanos.

El director general de Farmamundi, Joan Peris, explicó que la intervención en Ucrania continuará durante todo el 2023 "a través de varias iniciativas centradas en la prevención y tratamiento de los problemas de salud mental y la puesta en marcha de centros de estancia temporal”.

Apuntó que el foco principal se centrará en Ucrania pero “no podemos olvidar las graves violaciones de derechos humanos que se siguen produciendo en muchos países del mundo”, donde la ONG trabaja y se esfuerza por mantener los proyectos en alianza con sus socias locales. Es el caso de Nicaragua, Perú, El Salvador, Uganda, Etiopía o Yemen, por citar algunos ejemplos.