La ejecución de estos proyectos, financiados con cargo a los fondos Next Generation de la Unión Europea en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, finalizó ayer, último día de noviembre. Estos itinerarios se desplegaron en todo el territorio nacional a través de comunidades autónomas, ayuntamientos y entidades del Tercer Sector.

Atendieron la mayor parte de las dimensiones sociales que afectan a la inclusión, con medidas encaminadas a la capacitación digital, el acceso al empleo, el refuerzo educativo, la reducción del absentismo y el fracaso escolar, la salud mental o la pobreza energética, entre otras.

La población juvenil e infantil y las familias monoparentales, lideradas en su mayoría por mujeres, fueron los principales beneficiarios.

También trabajaron con colectivos de diferentes ámbitos, como personas con discapacidad, población gitana o personas en situación de sinhogarismo.

ACOMPAÑAMIENTO

Según la nueva ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, “garantizar a las personas vulnerables una cobertura de renta mínima es imprescindible, pero no es suficiente”.

“Las personas necesitan acompañamiento en el proceso de inclusión, como hemos visto a través de la puesta en marcha de estos proyectos y, en la mayoría de las ocasiones, actuaciones múltiples que atiendan las diferentes carencias que coinciden en cada historia de vida, ya sean vinculadas a la vivienda, a la salud, a la falta de capacitación o a la autoestima”, explicó.

La ministra tuvo la oportunidad ayer de visitar a los equipos que han puesto en marcha los itinerarios en la Secretaría General de Inclusión, a los que dedicó unas palabras de agradecimiento por la implicación y el éxito del programa.

Estos proyectos piloto se han desarrollado con metodologías de investigación pioneras en España en el ámbito de las políticas sociales. De hecho, la puesta en marcha del laboratorio ha sido reconocida a nivel internacional. Precisamente esta semana se ha celebrado en Madrid el encuentro Peer Review de Metodología Experimental para la Evaluación de Impacto en las políticas sociales, en el que participaron diferentes estados miembros e instituciones académicas de reconocido prestigio como CEMFI o JPAL.

Una vez concluido el periodo de ejecución de los proyectos, se inicia la fase de evaluación, que terminará en el primer trimestre de 2024 con la presentación a la Comisión Europea de al menos 18 buenas prácticas. Las evidencias que se obtengan serán decisivas para determinar la eficacia y viabilidad de las medidas implementadas y orientar la toma de decisiones en torno a las políticas públicas que persiguen la lucha contra la desigualdad y la erradicación de la pobreza y exclusión social.