Así se desprende del estudio 'Teletrabajo: una realidad tras la pandemia’, elaboraod por EADA Business School y presentado en rueda de prensa por la directora del trabajo, Aline Masuda, junto a los investigadores Edgar Quero y Luciano Strucchi.

El informe, realizado mediante encuestas a personas que sí teletrabajan o tienen a teletrabajdores a su cargo, señala que el 91% de estos empleados consideran que el trabajo a distancia está aceptado por las empresas y ha llegado para quedarse. Además, de estas personas, un 88% consideran positiva la experiencia del trabajo a distancia.

Asimismo, la fórmula de teletrabajo que más se emplea es la híbrida, es decir, combinar días presenciales en la oficina y otros desde el domicilio. De hecho, el 52% está acogido a la opción de uno o dos días a la semana de trabajo remoto.

Uno de los aspectos destacados en el análisis de las dos ediciones anteriores (2020 y 2021) hacía referencia a cuáles habían sido las principales barreras que dificultaban el teletrabajo, lo que ha ido mejorando en los últimos años. En concreto, El 53% de los encuestados asumen que actualmente no existen realmente barreras para trabajar desde casa, lo que supone un considerable descenso respecto a lo que afirmaban durante la pandemia.

Lo mismo ocurre con otros problemas destacados entonces, como las interrupciones familiares (que pasan del 42 al 12% actual), el espacio físico o la conectividad. "Sin duda hemos aprendido de la experiencia, en este caso inicialmente forzada por las circunstancias. Tanto las empresas como los profesionales hemos ido adquiriendo habilidades que nos permiten aprovechar la modalidad del teletrabajo", señaló Aline Masuda.

Sin embargo, a pesar de la gran aceptación del teletrabajo, una tercera parte (34%) de las organizaciones ofrecen una considerable resistencia al respecto, reduciendo o eliminando tal posibilidad. En este sentido, Luciano Strucchi cree que fue uno de los hallazgos negativos de la investigación ya que "muestra que algunas empresas no están viendo lo que sus colaboradores quieren".

Después de pasar las dificultades forzadas por la pandemia, una de las cuestiones fundamentales que el estudio quiso descifrar, en esta tercera edición, era la evolución en el grado de aceptación y de implantación real de teletrabajo en unas circunstancias de vuelta a la normalidad. Tanto es así que hasta el 57% respondió que estaría dispuesto a cambiar de trabajo si su empresa no le permitiera tal posibilidad. En este sentido, son las generaciones más jóvenes y las mujeres las que se muestran más claramente dispuestas al cambio.

Además, dijo que en el teletrabajo, "tal y como ocurre con la administración de medicamentos, es esencial dar con la dosis idónea. El dilema actual no es si lo utilizamos o no sino cuál es la proporción adecuada para mejorar el rendimiento y la vida de los profesionales".

Esta experta también puso en valor que el teletrabajo permite retener mejor el “buen talento” y no perderlo, así como poder contratar personas que residen en cualquier parte del mundo.