"Nos hemos hecho esencialmente cómodos", aseveró durante la conferencia inaugural del Congreso Católicos y Vida Pública, organizado anualmente por la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU, que inició este viernes su 25 edición con el lema ‘Vivir, compartir, anunciar. Evangelizar’.

Precisamente, Mayor Oreja impartió el 5 de noviembre de 1999 la primera ponencia del I Congreso Católicos y Vida Pública, cuando era ministro del Interior.

Este viernes, aseveró que “hoy nos enfrentamos a otra transición en la mala dirección, impulsada por la crisis de la verdad y sostenida por la comodidad”. “Nos hemos hecho esencialmente cómodos. Preferimos una mentira cómoda a una verdad incómoda”, enfatizó.

En este sentido, el exministro mostró su disconformidad con “el desorden generalizado que sufrimos en todas las sociedades occidentales, sin excepción” y apuntó que “lo singular en España es que hemos transitado de un crimen, de una violencia terrorista, a una mentira también determinante y decisiva. Del mal mayor, el crimen, se ha pasado a lo que dicen que es el mal menor, la mentira. La mentira en estos últimos años se ha hecho ley, norma, hábito, costumbre, necesidad…”.

FALTA FE

El impulsor de NEOS finalizó su discurso destacando el culmen de una legislatura en la que “las leyes han cimentado una sociedad alejada de la antropología cristiana”. “La causa entre las causas de lo que sufrimos es la falta de referencias permanentes, la pérdida y la falta de fe, la pérdida de un sentido de la trascendencia en nuestras vidas”, subrayó.

En este sentido, Mayor Oreja apuntó que “la reválida del Frente Popular confirma una nueva etapa en la que el totalitarismo, la cultura de la cancelación hacia quienes se oponen a estos cimientos, y la balcanización van a presidirla”.

Previamente a la conferencia del exministro del Interior, tuvo lugar la inauguración del congreso, a cargo del director de la iniciativa, Rafael Sánchez Saus, que explicó que es un momento de encuentro “oportuno para echar la vista atrás y llevarlo hacia delante, elevar la mirada y hacerse nuevos propósitos”.

Por su parte, el nuncio del Vaticano en España, Bernardito Auza, destacó el papel de este congreso, como “un encuentro de raíces profundas, que reúne distintas sensibilidades de los católicos y nos ayuda a salir de la parálisis y la inercia, para actuar en la esfera pública”.