La iniciativa del grupo parlamentario del PP la defendió la diputada Macarena Montesinos, que sostuvo que la “foto fija” de la relación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez “con la democracia parlamentaria” se podría resumir en siete años, tres presupuestos, 156 decretos leyes “y un debate de política general sobre el estado de la nación”.

La diputada del PP esgrimió que en 2021 el propio presidente Sánchez afirmó en una sesión de control que "la celebración del Debate del estado de la Nación es bueno para que España vaya recuperando la normalidad democrática y eso es lo que vamos a hacer los próximos años”.

Por ello lamentó Montesinos que, a pesar de esas palabras, Sánchez “solo se sometiera a ese debate en 2022: estamos acostumbrados a que el Sánchez del pasado sea irreconocible por el Sánchez del presente”. En la misma línea, afeó que Sánchez “aseguraba antes de ser presidente que no daría la espalda a las Cortes”, y que gobernaría “con el Parlamento, no contra el Parlamento”.

La diputada del PP acusó al líder del Ejecutivo de “desprecio a la democracia parlamentaria”, y de una “natural tendencia al autoritarismo”, pero también “reflejo de su extrema debilidad y de su cobardía política” al no someterse a “la fiscalización del Parlamento y a escuchar las propuestas de los grupos parlamentarios para tratar de encauzar su desgobierno”, recalcó.

A modo de resumen, sostuvo que hay que devolver al Congreso “esa idea de ser la casa de la palabra y nada mejor que retomar la buena costumbre de celebrar anualmente este formato de debate de política general”, tal y como se hace “en los países de nuestro entorno” y en los distintos parlamentos autonómicos.

COBERTURA MEDIÁTICA

Por el PNV, Mikel Legarda recordó que el debate de política general fue introducido en la práctica de la Cámara Baja en 1983, “consolidándose como una costumbre constitucional y parlamentaria, con igual contenido, efectos y motivaciones año tras año y hasta nuestros días”, con la excepción de los años en los que se han celebrado elecciones “o han pasado pocos meses desde el debate de investidura”.

Legarda destacó la importancia para la ciudadanía de dicho debate, por su gran cobertura mediática, y porque “aporta un complemento, una visión general al conjunto de debates particulares”, por lo que avanzó su apoyo a la toma en consideración.

En el turno de Junts, el diputado Josep Maria Cervera consideró la iniciativa del PP es “un brindis al sol, no por innecesario, sino porque esta obligación de celebrar anualmente este debate ya la avalan los socialistas”. La avalan dijo, “y por ello la incluyeron como una de las medidas del plan de acción para la democracia del Gobierno”.

Un plan, dijo, anunciado “hará un año a bombo y platillo por el presidente Sánchez, después de aquellos días de paro de su actividad y de su tan poco democrático amago de dimisión solo para condicionar las elecciones catalanas”.

Por su parte, el diputado de Vox Carlos Flores acusó al Gobierno de haber “hecho añicos” esta práctica “plenamente arraigada en nuestra vida parlamentaria y favorablemente valorada por la ciudadanía”, puesto que recordó que en sus casi siete años al frente del Ejecutivo Pedro Sánchez tan solo ha convocado uno de estos debates.

Por ello, defendió la propuesta del Partido Popular, aunque consideró que es “manifiestamente mejorable, incompleta e inconcreta”, por lo que aseguró que, aunque votará a favor, presentará “un largo listado de enmiendas para su debate en comisión”.

La postura de Sumar la defendió Esther Gil de Reboleño, que instó a preguntarse si el objetivo es “realmente debatir sobre los grandes retos del Estado” o por el contrario “seguir atrapados en la lógica del titular fácil y del enfrentamiento constante”.

“No podemos permitirnos perder más tiempo, vivimos tiempos difíciles marcados por la incertidumbre, por la desigualdad, por el miedo y ante eso necesitamos más política, no menos, pero necesitamos una política mejor, más valiente, más honesta, más útil”, recalcó.

CADENA DE CRISIS

El diputado del PSOE Pedro Casares avanzó que votarán a favor de la toma en consideración de la iniciativa. Esgrimió en su intervención la actividad a la que ha tenido que hacer frente el Ejecutivo de Pedro Sánchez desde su llegada a La Moncloa, como la pandemia, la guerra en Ucrania, la crisis en Oriente Próximo, “un volcán en la isla de La Palma, una crisis migratoria sin precedentes en Canarias o la peor dana que ha asolado poblaciones enteras de Valencia dejando más de 220 personas fallecidas”.

Todas estas crisis “han impedido” el Debate del estado de la Nación en la Cámara, pero ello no ha supuesto, dijo, “que haya dejado de hablarse de política general, al contrario”. Y para enfatizar su mensaje, Casares apostilló que “como los datos son los datos y matan el relato, en esta legislatura solo en año y tres meses, el presidente ha comparecido siete veces ante esta Cámara, ante este Pleno y ha contestado a 72 preguntas en sesión de control”.