Las personas que practican esta medicina, denuncia la revista, se basan a menudo en testimonios de personas, pero se niegan a someter a análisis los resultados de su trabajo, procedimiento científico extendido entre la medicina tradicional.

"Las declaraciones, la especulación y los testimonios no constituyen pruebas", advierten los rsponsables de la revista, Marcia Angell y Jerome Kassirer. "No puede haber dos clases de medicina, convencional y alternativa. Sólo hay una medicina que ha sido adecuadamente probada y otra que no, una medicina que funciona y otra que puede o no funcionar".

El editorial de la revista también acusa a ciertos médicos de inclinarse por los tratamientos alternativos como una forma de atraer a los pacientes desencantados con la medicina convencional. Es el caso de muchos enfermos de cáncer. Se calcula que n tercio de éstos combinan métodos alternativos, como la medicina china, hierbas y la homeopatía, con otros más tradicionales.

Este fenómeno ya ha sido constatado por las autoridades norteamericanas, que han abierto recientemente una Oficina de Medicina Alternativa en el Instituto Nacional de Salud.

En este sentido, el "New England Journal of Medicine" acusa a las autoridades de Estados Unidos de no controlar suficientemente este ámbito y de haber cedido a las presiones de ciertos sectores intereados en los tratamientos alternativos. Por eso exige una regulación más estricta.