Según informó la hotelera a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el resultado no resulta plenamente comparable con el del mismo periodo de 2022 por la incidencia de la variante ómicron del virus de la covid-19 durante el primer trimestre del pasado año.

Además, destaca que muestran la fortaleza de una demanda sostenida y preludian un tercer trimestre mejor que el del año anterior, especialmente positivo para los destinos vacacionales y de ocio urbano.

Por su parte, el beneficio bruto de explotación (Ebitda) alcanzó los 218,5 millones, registrando un incremento del 33,8% con respecto a 2022.

Los ingresos consolidados ascendieron a 909,7 millones, experimentando un crecimiento del 22,7%.

Junto a la mejora de las tarifas, los datos de ocupación siguieron mejorando respecto a 2022, con una mejora del 15,6% hasta junio, si bien todavía no habrían alcanzado los niveles previos a la pandemia.

En concreto, la ocupación media en el primer semestre de 2023 se situó en un 65,9%, un 7,7% por debajo de la registrada antes de la pandemia.

En materia de expansión, el grupo ha firmado 16 hoteles hasta julio, todos ellos en gestión o franquicia, reafirmando su compromiso de firmar un mínimo de 30 nuevos hoteles con 7.000 habitaciones en el año.

A cierre de junio, la deuda neta se situó en 2.739,2 millones de euros, un 2,5% más que los 2.673 millones de cierre de 2022. La situación de liquidez (incluyendo la tesorería, así como las líneas de crédito no dispuestas) ascendía a 361,4 millones.

Respecto a las perspectivas para el tercer trimestre, la compañía atisba, desde la prudencia, una temporada estival positiva, gracias a que la demanda turística mantiene su solidez sin signos apreciables de desaceleración, a pesar de la inflación y el endurecimiento de la financiación.