En una conferencia en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, Camdessus defendió la validez de organismos como el FMI, que ofrecen "respuestas mundiales a problemas undiales", a pesar de las críticas que reciben de connivencia con los intereses de los estados más poderosos, especialmente Estados Unidos.

Aseguró que desde la dirección del fondo, se ha cansado de pedir a las naciones más ricas que dejen de vender armas a los países más pobres o que potencien el poder de Naciones Unidas.

Por eso, lamentó los ataques que ha recibido el fondo o el Banco Mundial en las reuniones recientes de Seattle o Washington.

En el capítulo personal, afirmó que durante lo 13 años de gestión en el fondo ha sido el primer defensor de acabar con la corrupción y el gasto militar en el Tercer Mundo.

Por eso, consideró injustas las críticas que le dirigió en el coloquio posterior a la conferencia el profesor de Pensamiento Político y presidente de la ONG Solidarios para el Desarrollo, José Carlos García Fajardo, por declarar al FMI inocente de la falta de apoyo de los países ricos a los más pobres.

Camdessus dijo que, durante su gestión, ha sentido "frustración" al coniderarse un "chivo expiatorio" de las críticas y constatar que muchos Estados "no quieren oír las verdades" que se le dicen para acabar con el subdesarrollo en el Tercer Mundo.

El ex director del FMI explicó en la intervención sus recetas para que "crezca el pastel del planeta al tiempo que se mejora la redistribución, una palabra que parece que no está de moda".

A su juicio, la reducción de la deuda, con ser muy importante para la ayuda al Tercer Mundo, necesita de ir acompañada de medidas como a presión de la opinión pública a sus gobiernos para que eleven la ayuda externa, la reducción de la venta de armas a los países más ricos y la potenciación de la ONU para que apague o prevenga con más poder los conflictos locales que flagelan a muchos continentes, como Africa.