García, de 49 años, compaginó su profesión médica con la política y en 2015 llegó a la Asamblea de Madrid como diputada de Unidas Podemos después de tener un papel relevante en las protestas de las mareas blancas en defensa de la sanidad pública.

En 2019 abandonó Unidas Podemos para integrarse en las listas de Más Madrid de Iñigo Errejón. Durante las elecciones anticipadas de 2021, la anestesista tuvo un papel decisivo cuando Pablo Iglesias quiso liderar un frente de izquierdas contra Isabel Díaz Ayuso, a lo que Mónica García se negó.

Ella misma se define en redes sociales como “médica y madre de tres hijos con la mirada puesta en la sanidad pública”. Ahora dirigirá un departamento ministerial cuyas competencias están transferidas, por lo que tendrá que llegar a acuerdos y entendimientos con los consejeros de Sanidad de las comunidades autónomas.

Entre los asuntos pendientes, Mónica García tendrá que decidir sobre la Ley ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica) que quedó bloqueada en el Congreso de los Diputados, así como la aprobación de la Proposición de Ley relativa a los permisos para los donantes de órganos.

Solo su toma en consideración fue aprobada el pasado mes de mayo por la Cámara Baja. En concreto, esta Proposición de Ley aborda la mejora de la protección de las personas donantes en vivo de órganos para su posterior trasplante.

Entre otros retos se sitúan la reducción de las listas de espera, la eliminación del VIH como problema de salud pública para 2030, así como de las hepatitis en España, así como la aprobación de un marco estratégico en Europa en materia de salud mental.