Este dato, sin embargo, es peor de lo previsto en los últimos meses por la Comisión Europea y el Banco de España –4,6%–, así como por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) –4,5%–, aunque mejora todas las previsiones que estos mismos organismos hicieron durante a confección de las cuentas públicas.

El Gobierno prosigue así la senda de reducción de deuda, aunque su necesidad de financiación sigue a niveles elevados. En 2021, el déficit se situó en el 6,76% del PIB, frente al 8,4% que comunicó en Bruselas. Y para 2023, prevé reducirlo hasta el 3,9%. Estos niveles siguen siendo superiores al 3% que fijan las reglas fiscales, que se reactivarán previsiblemente para 2025.

En una rueda de prensa para presentar los datos de ejecución presupuestaria del ejercicio 2022, la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, puso en valor que el Gobierno ha llevado a cabo la mayor reducción de déficit de la historia en dos años sin ayuda financiera –49.500 millones de euros– y ha colocado a España como el país que más lo ha bajado en Europa desde la pandemia.

Por administraciones, Montero detalló que la mayor parte del déficit fue asumido por la Administración central, con un 3,1% del PIB, mientras que el de las comunidades autónomas fue del 1,1% y el de la Seguridad Social se situó en el 0,5%. Por su parte, las corporaciones locales incurrieron en un déficit del 0,1%.